¿Podría ser más linda?

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El viernes de esa semana decidí ir a buscar a Nayeon,  pensé que sería buena idea y ella tendría tantas ganas de verme como yo a ella, así que saliendo de clase fui a su piso a buscarla y la vi en la oficina de enfermería.

- No, cariño- Escuché que le decia una enfermera a Nayeon.

¿Por  qué una enfermera le decía cariño a mi Nayeon? Guardé mi distancia y seguí observando el momento, la enfermera parecía estar pensando mientras Nayeon solo la Veía atentamente.

Unos momentos después decidí quitarle importancia y caminé sonriendo hacia ella, que me vio cuando estaba ya muy cerca y me dedicó una pequeña sonrisa y me hizo una seña para que le diera un momento, asi que me quedé esperando a su lado.

- Podemos ir a revisarlo en este momento si quieres, no tengo mucho trabajo ahora- le dijo la enfermera a Nayeon.

- Claro, dame un minuto y te alcanzo- ella asintio mientras me Veía con cierta superioridad y se fue por el pasillo.

- Es bueno verte por aqui- me dijo y me dio un beso en la mejilla y acomodó mi cabello.

- Me gusta venir a verte- Sonreí.

- Tengo que ir a ver algunos pacientes Mina, entonces...- no terminó la frase.

- No tienes tienes tiempo para que yo este aquí ¿no?- dije con triteza en la voz.

Se encogió de hombros y asintió. Entendía que Nayeon debía estar muy ocupada y en realidad me sorprendía  todas las veces que hacia su trabajo a un lado para poder pasar tiempo conmigo.

- No te preocupes, te veré luego por aquí.

- Gracias- me dijo con pena y me dio un rápido beso en los labios- salgo a las 8, quizas pueda verte.

- Otro día Nayeon- le dije resignada y me fui del hospital.

Llegué a mi casa cansada y aproveché para terminar tareas y descansar un rato. Una parte de mi, quería estar molesta por Nayeon, siempre me dejaba acompañarla, pero otra la Entendía perfectamente.

Cuando terminé de hacer las cosas pendientes, tomé un baño, porque los baños siempre nos dan un buen lugar para pensar en la vida y eso era lo único de lo que tenía ganas de pensar. En la vida y en Nayeon.

Mientras pasaba el rato, me di cuenta de muchas cosas en las que antes no Había pensado.

Me di cuenta que Nayeon, no era de esas personas a las que puedes tener, o al menos no por completo.

Siempre Habrá alguien con quién compartirla, alguien intentando tener su atención, alguien admirándola, pudiendole algo en el hospital o simplemente queriendo aprender de ella.

Sería bastante egoista si quisiera tenerla siempre para mi, ¿no?

Debía haber un montón de enfermeras, estudiantes y residentes queriendo tener un poco de su tiempo, no podía ser la única privilegiada.

Lo único que me quedaba por esperar, era que Nayeon no diera a nadie su tiempo de la misma manera en que me lo daba a mi.

Salí del baño para buscar algo cómodo y me vestí, se sentía bien tener un par de horas libres para variar.

Me acosté en mi cama y me quedé dormida en cuanto lo hice, era muy temprano, pero supuse que mi cuerpo en serio lo necesitaba.

Comenzaron a tocar la puerta de mi habitación, normalmente mi mamá lo hacia para avisarme que era hora de levantarse, la noche habia pasado volando.

-Ya desperté- le dije de mala gana cuando escuché que no paraba de tocar.

Su insistencia no paraba, asi que abrí la puerta para ver que era lo que queria.

- ¡Ya voy!- le dije algo enojada.

- ¿Estabas dormida?- pregunto confundida Sinb.

- Si, estoy cansada, ¿qué hora es?

- Las 9.

- Ahora Tenía sentido que hubiera sentido la noche volar.

- Te buscan abajo- me dijo y se dio la vuelta.

Cepillé mis dientes antes de bajar y fui directo a la puerta.

Sonreí cuando vi a Nayeon parada en la puerta escondiendo las manos, ¿qué hacia ella aqui?

- Hola- la Saludé cuando estuve frente a ella. Me sentí con la libertad de hacerlo despues de que ella hiciera lo mismo en el hospital, no debería molestarle- ¿como es que estás en mi casa?- pregunté divertida entrecerrando los ojos.

- Sé donde guardan la información de los alumnos- me guiñó el ojo y reí.

- ¿Quieres entrar?- Pregunté sin saber que otra cosa decir.

- No, en realidad, quería ver si querías ir a cenar conmigo, y también te traje esto- me dio unas flores que tenía detrás de ella ¿podria ser más linda?

Sonreí al escucharla, tomé su rostro entre mis manos y la besé sin importarme estar en la puerta de mi casa, donde cualquiera de mi familia podria vernos.

Comenzaba a gustarme tener confianza con ella y poder besarla si quería sin tener miedo a su rechazo.

- Si sigues haciendo eso, nunca nos iremos- me dijo alejándose de mi.

- Me gusta esa idea- sentí su sonrisa y se alejó de mi.

- Lo digo en serio, vamos.

Resoplé y regresé adentro para dejar las flores y avisarle a mi mamá que iba a salir, le dije que iría con Nayeon, pero omití mi extraña Relación con ella y que era la residente de mi profesor; no quería un interrogatorio antes de salir.

Volví con Nayeon, salimos y subimos a su auto, ni siquiera Sabía que tenía uno.

- Es demasiado extraño esto, osea, no verte en el hospital o en la cafetería- le dije cuando ambas subimos.

- Lo se, pero tenía ganas de verte después de lo que pasó esta tarde- dijo algo apenada.

- No importa, por cierto, odio a la enfermera.

- ¿qué?- preguntó riendo- ¿por qué?

Me encogí de hombros y no contesté. La respuesta estaba a punto de salir de mi boca, pero evité con todas mis fuerzas que saliera, no quería seguir viendo como su ego iba en aumento.

Mi Doctora Favorita [Minayeon][FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora