Demasiado bien

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Hyuck

Me senté en la cama y puse el conejo sobre ella. Acomodé el gran listón rosado que llevaba al cuello y acaricié las largas orejas que había estado mirando en el mostrador de los premios del arcade por lo menos desde hace unos seis meses. Era realmente lindo, y muy suave; no sé por qué me gustan tanto estas cosas, pero hace unos años los empecé a coleccionar. Ahora mismo diría que este conejo era mi favorito, tenía que serlo. El problema es que cuando lo miro, ahora no solo me causa ternura por lo suave que es o por cómo se ve; porque ahora cada vez que lo veo me recuerda a Mark. Tal vez sea ridículo, pero es que hasta siento que se le parece.

Ah... Mark. Mark el chico al que le hice explotar el casillero en su primer día de clases y que me gritó hecho una furia la primera vez que hablamos, ahora me había dado el conejo de peluche que tanto quería de la forma más cursi posible. ¿En qué momento se dieron vuelta las cosas?

Pero eso no era lo peor, ahora se me hacía tan difícil no acercarme a él, es como si una fuerza sobrenatural me atrajera. Me he atrapado a mí mismo tomándolo del brazo sin haberme dado cuenta dos veces. La primera fue cuando le pedí que me acompañara a la cafetería a comprar unas cosas, estábamos en la cola para pagar cuando empecé a escuchar demasiados cuchicheos de los chicos que estaban ahí, y nos miraban demasiado. Sé que son unos chismosos profesionales pero era demasiado sospechoso. Mark no había dicho mucho hasta ese entonces, cuando me hizo notar que sí estaban hablando de nosotros porque yo estaba prácticamente pegado a él agarrado de su brazo. No parecía que le molestara el hecho de que lo llevara del brazo, porque lo único que dijo fue "aquí hay demasiada gente para estar...así". Además me lo había dicho con ese tonito que tiene de no las quiero cagar, así que probablemente lo único que no le gustaba de eso era que estábamos en el lugar más lleno de la escuela y a la peor hora.

La segunda vez fue cuando íbamos de vuelta al dormitorio. Ni siquiera tengo idea de en qué momento lo hice, solo me di cuenta cuando Mark estaba tratando de sacar las llaves de su bolso con una sola mano porque la otra la tenía yo aprisionada. Ni siquiera me pidió que lo soltara, lo hice porque vi que le estaba costando mucho sacar las estúpidas llaves, si no, no lo soltaba nunca, y tal vez ni siquiera me hubiese dado cuenta.

Naturalmente esto había logrado que los idiotas de la clase anduvieran cuchicheando a nuestras espaldas. No tienen nada mejor que hacer que hablar de la vida de los demás. Me he hecho el tonto cuando los he notado, pero sí me he dado cuenta, no soy estúpido tampoco. La verdad ni siquiera me interesa mucho, mientras no vuelvan a hacerle la vida imposible a Mark supongo que no habrá problema.

No sé qué rayos me pasa... ni mucho menos qué le pasa a él. Ambos actuamos raro, Nana está más raro que de costumbre y Chenle no ha dicho absolutamente nada al respecto, y eso tiene que ser lo más raro de todo. Tengo mis teorías pero no me voy a adelantar, porque también puede que sea porque está tan concentrado en Renjun que ni siquiera lo haya notado. Ah vamos, estamos hablando de Chenle, por supuesto que lo notó.

Como sea, tampoco quiero que mis neuronas hagan corto circuito pensando en esto, además me recordaba que eventualmente me iba a tener que ir de la habitación para volver a la soledad inmensa de la mía que creí que tanto me gustaba; solo estaba acostumbrado a eso. Prefiero mil veces estar acá, así que no quiero pensar en irme, espero que a Mark no se le ocurra echarme a patadas cuando arreglen la habitación. Nota mental: Tal vez el sistema eléctrico falle de nuevo, casualmente...

—¿Puedo entrar? —se oyó la voz de Mark detrás de la puerta, junto con el sonido del picaporte a medio girar.

—Claro. —dije, metiéndome en la cama.

Vi que Mark sonreía cuando me vio con el conejo en las manos. AHHH... no quiero que me vea dormir con él pero es que es tan suave...

Mark se acostó y apagó la luz. Solo estaban prendidas las lámparas de mesa que estaban al lado de cada cama. Sacó un libro del cajón del velador y se sentó en la cama dispuesto a leer. Yo me quedé mirándolo unos momentos, estaba acurrucado en mi cama, abrazando el cobertor contra mí. En mi espalda sentía la figura del dichoso conejo.

Amor A Primera... ¡¿Broma?! •♡ Markhyuck ♡• NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora