El conejo

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Hyuck

Apenas estuvimos dentro del arcade Nana siguió arrastrándome hasta la zona para intercambiar premios. Habían un montón que ya habíamos sacado, y realmente ya no teníamos mucho de dónde elegir, aunque yo siempre iba a querer uno que otro peluche.

El problema era que los premios más grandes y peluches más adorables costaban un puto kilo de tickets, y no podías ir y guardarlos para la siguiente vez que vinieras, por supuesto que no iba a ser así de fácil.

—¿Será hoy el día en el que consigas el bendito conejo amarillo? —me preguntó Nana, apoyándose en el mostrador.

—Lo dudo, ya ni siquiera lo intento Nana, ya pasé de él.

—Sé que lo deseas.

—Pues claro, es adorable. —me quedé mirándolo.

El peluche estaba en lo alto del mostrador sobre una repisa. Era el premio más caro dentro de los peluches que habían. Un conejo del porte de una mochila, con orejas caídas, ojos de botón y hocico en equis. Tenía el pelo fino y suave de color rubio claro, y llevaba una moño rosado atado al cuello.

Mientras más lo veo, más pena me da. Ciento cincuenta mil tickets. Tiene que ser una puta broma. No había forma de que lo consiguiera en una tarde, ni ahora ni nunca.

Aunque tal vez... tal vez había una opción.

—Chicos. —llamé a todos que estaban conversando cada uno en su mundo.

—Tengo una idea para hacer esta tarde más... interesante. —alcé las cejas.

—¿Qué tienes en mente? —preguntó Renjun.

Todos se acercaron a escucharme.

—Vamos a jugar como nunca, pero juntaremos todos los tickets que saquemos.

—¿Para qué rayos quieres hacer eso? —dijo Nana.

—Al final jugaremos bolos. El que gane elegirá el juego final, y ahí veremos quién se lleva el premio gordo.

—Entonces... ¿el que gane se lleva todo? —preguntó Mark.

—Exacto.

Todos empezaron a murmurar. Al parecer les había gustado la idea.

¿Por qué bolos? Pues porque nadie los juega, y ninguno de los chicos sabe que he jugado un montón de veces con papá, así que sería pan comido. Entonces podría elegir hacer el torneo final en el Dance Dance Revolution, y ese es mi fuerte, no hay forma de que este plan salga mal.

­­­—Está bien Hyuck, trato hecho. —dijo Nana por fin— ¿Tanto quieres el conejo?

—Sí, al menos tengo que intentarlo.

Y así lo hicimos. Empezamos por los clásicos. Descubrimos que Renjun y Mark eran terribles para el Street Fighter II y el Mortal Kombat, pero sorprendentemente, Mark pasó tantas etapas del pacman que tuvimos que sacarlo de ahí a la fuerza. También era bueno en el Flipper, aunque ese requiere más suerte que habilidad, supongo que eso le sienta bien a él. Mark no tenía pinta de haber estado mucho en este tipo de locales, y eso que era el mayor entre nosotros, pero se notaba que se estaba divirtiendo.

Nos fuimos a los autos chocones y nos la pasamos un buen rato ahí. Todo bien, excepto por el hecho de que Chenle casi me vuela la cabeza al golpearme por el lado demasiado fuerte. Hace tiempo que no le hago bromas a este, y creo que esta será la excusa perfecta.

La verdad nos la pasamos muy bien. Siempre íbamos ahí, pero el jueguito de juntar los tickets lo había hecho todo más emocionante. Además éramos un grupito más grande, así que se armaba más desorden y eso me encanta. Aunque se nos pasó un poco la mano cuando obligamos a Chenle a subirse a una pequeña carreta de caballos mecánica para niños, hicimos tanto alboroto que uno de los encargados del local se fue a quejar con nosotros para que paráramos el escándalo. A decir verdad no era tan terrible, de no ser por la risa de cincuenta mil decibeles de Chenle, seguro pasábamos desapercibidos.

Amor A Primera... ¡¿Broma?! •♡ Markhyuck ♡• NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora