¿Qué más podría hacer?

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Hyuck

Cuando estábamos en el arcade como el recién conformado grupito de seis compitiendo por los tickets que —según mi plan casi perfecto— ganaría para el conejo amarillo, jamás me hubiera imaginado que acabaríamos así; de hecho de haberlo sabido jamás me hubiese molestado en disculparme con el idiota de Mark por lo del casillero.

Hasta entonces habíamos sido los tres y no habíamos tenido ni un escándalo como este, solo eran los típicos que montaba Chenle por acercarse a Renjun, aunque si me lo preguntan no creo que lo haya intentado en serio. Además de eso solo armábamos desastres por las bromas que nos hacíamos entre nosotros, y alguna que otra vez Nana se perdía en su mundo haciendo quién sabe qué, pero siempre volvía en sí, así que lo que quiera que le haya picado tiene que ser de otro universo, del mismo del que viene él seguramente.

Llegué a su habitación porque no había salido de ella en días, ni tampoco me contestaba los mensajes; en general se tardaba una eternidad, eso es cierto, pero ahora fue demasiado tiempo como para que no me preocupara por él, tampoco soy un egocéntrico que no se preocupe por sus amigos, además me sentí como basura cuando supe que Chenle estaba mal por que Renjun tenía novia, debí haber notado algo extraño en él, pero estaba tan preocupado con mis tonterías que de plano lo ignoré, así que ahora no se me iba a pasar una con estos dos.

Entonces tuve que tocar la puerta unos veinte minutos, eran las cuatro de la tarde y Nana me abrió en pijama con cara de no haber dormido en todos esos días en los que no supe de él. Miró por la pequeña hendidura que había dejado y me preguntó si estaba con alguien, cuando le dije que no me agarró del cuello y me arrastró dentro dando un portazo tras de mí.

A pesar de él mismo ser un mamarracho la habitación era totalmente lo contrario. Estaba tan limpia que olía al pasillo de los detergentes del super. Volvió a sentarse al sofá rápidamente y agarró el control de la Playstation para seguir en lo suyo.

—Nana, ¿qué mierda es todo esto?

—¿Esto qué? —dijo sin despegar los ojos de la tele zamarreando el control.

—No fuiste a la escuela en dos días.

—No tenía ganas.

—Y este lugar huele a cloro desde afuera.

—¡No , no, no! —se quejó con la pantalla. —Diablos Hyuck me vas a hacer perder.

Solté un suspiro casi de advertencia, porque me vio de reojo apenas lo dejé salir, pero siguió jugando. Me paré frente a la consola y antes de que pudiera siquiera pensar en decirme algo la apagué.

No dijo nada. Se quedó con el control en las manos mirando fijo al frente con una cara de... bueno, de nada; como si le hubiesen arrancado el alma. Me senté junto a él, hasta entonces había ignorado el hecho de que su sofá estaba cubierto de plástico de ese que usan para guardar las comidas en el refri. Sí, Nana es raro, pero esto es demasiado incluso para él.

Le quité el control de las manos y lo dejé a un lado.

—Na Jaemin, me vas a decir qué rayos te pasa ahora mismo.

Se volteó hacia mí y se cruzó de piernas.

—Estoy enfermo. Pero de veras. Enfermo enfermo.

—Pues si es de loco, ya lo sé, pero ahora te estás pasando.

—¡No estoy jugando Hyuck! ¡es en serio! —dijo agarrándome por los hombros con fuerza y mirándome con cara de esto es de vida o muerte.

—¡Ya suéltame! ¡¿De qué rayos estás hablando?! —lo empujé y se paró de un salto.

Amor A Primera... ¡¿Broma?! •♡ Markhyuck ♡• NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora