Amor A Primera... ¡¿Broma?! •♡ Markhyuck ♡• NCT

Coqueteos idiotas pero sinceros

Hyuck

Tenía que haberle dicho más, lo sé, las ganas me sobraron, pero me di cuenta de qué tanto había logrado a tiempo.

No quiero que se arrepienta de esto.

¡No quiero que tenga miedo de esto!

Se siente terrible, antes era seguro, todo lo que hacía era con tanta seguridad que me aterraba.

Pero ahora él estaba aterrado.

Sus nervios estaban a flor de piel, y me odio por eso, porque sé que es mi culpa que esté así de desconfiado.

¡Por supuesto que no juego con él! Nunca lo he hecho, nunca quise que las cosas acabaran de esta forma, nunca he querido que se sienta así pero no puedo evitar lo que ya está hecho.

Tenía tantas cosas que decirle... que me detestaba por haberlo alejado de mí y por haberme ido de la habitación, que ya no sabía cómo volver atrás, que me había metido en un lío tan grande que no sabía cómo salir de ahí, que estaba aterrado...

Pero solo pude decirle un par de frases.

¡Es que no tiene idea! ¿cómo me iban a salir las palabras? si me había quedado sin aliento cuando entré al salón y lo vi así, con el cabello completamente diferente, y lo peor de todo, diferente para bien.

Se ve guapísimo, ahora entiendo qué rayos hacía con Chenle la tarde anterior, seguro estaban en eso cuando fui a dejarle las notas, y vaya que valió la pena.

­—Tierra a Hyuck, cambio. —Nana me revolvió el cabello. —Tenemos que empezar con el trabajo en parejas.

—Si vas a decir cambio espera a que te conteste.

—Si vis i dicir cimbii ispiri...

—Idiota.

Otra tontería más que me importa un carajo hacer, encima trabajo en parejas que no hay forma de que pueda ignorar porque Nana va a querer hacerlo a toda costa para mantener su promedio de diez en ciencias, nunca he tenido una capacidad de atención muy destacada, pero ahora mismo lo único que hago es pensar en Mark, y no estoy intentando detenerlo.

Desde mi asiento podía verlo de espaldas sacando un cuaderno de su bolso y conversando con Renjun, por donde lo viera me sacaba de mis casillas, y cuando estaba medio volteado podía ver su quijada marcándose afilada, qué pedazo de bombón que es.

Pero dentro de toda esta maravilla milagrosa que estaba ocurriéndome, por supuesto que no todo podía ser bueno. Mark es el tipo de persona que se le pasa todo por alto, podría quemarle el escritorio y se tardaría horas en notarlo, así que seguro no había notado a las hienas acechándolo, comiéndoselo con la mirada igual que yo; desde ayer escucho los comentarios aquí y allá, que si está guapo, que si tiene novia, que bla bla bla... un montón de tonterías que me hacen querer partirles la cara, no voy a permitir que se me adelanten por nada del mundo, mucho menos porque se cambió el cabello y ahora les gusta así, antes ni le daban bola, ¡que yo lo he visto primero! Y con cabello de ramen y todo me encantó.

Entonces sentí la bombilla encendida en mi cabeza, y en menos de lo que mi cerebro pudo procesar ya estaba camino a su escritorio.

—Jun, Nana no quiere hacer el informe conmigo, ve con él. —dije demandante.

—Yo tampoco quiero trabajar contigo. —dijo Mark.

—Claro que quieres.

Renjun soltó una risa maliciosa. —Manera que tienes de coquetear.

Mark y yo nos miramos incómodos, y lo esquivé de inmediato. ¿Desde cuándo Renjun llega y larga las cosas así?

—Los veo en el almuerzo entonces. —tomó sus cosas y partió al otro lado del salón.