Embriagado

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Mark

En mi vida había sentido un viaje tan horriblemente eterno. Íbamos por la carretera, Jaehyun conducía a una velocidad dudo haya sido legal, ni siquiera quise mirar el medidor, pero era como si fuéramos a treinta kilómetros por hora. Hyuck iba de copiloto, viendo los noticiarios en su móvil y haciendo llamadas que nunca fueron contestadas. Era surreal.

Sentí como si estuviese observándome. Desde fuera podía ver con terrible tranquilidad la angustia que estaba viviendo. Era como si estuviese en otro plano, en otra dimensión, sentía que no sentía nada.

Oía las voces y el ruido del motor. Los neumáticos rodando por el asfalto en la oscuridad, los noticiarios en el teléfono de Hyuck y mi corazón palpitante, lento, calmado, pero con fuerza.

—No contestan del aeropuerto ni las aerolíneas. —dijo Hyuck cortando la llamada.

—¿Qué tal los noticiarios? ¿Nada aún sobre algún hospital o algo? —preguntó Jaehyun sin quitar los ojos del frente.

—Nada, solo sigue al aeropuerto.

Jaehyun asintió y aceleró.

Los segundos pasaban a paso lento, y veía en el asfalto deslizarse como culebras fluorescentes las marcas de tránsito. Vibraban en mis ojos. ¿Acaso me estoy volviendo loco?

Era un festival de luces a ciento ochenta kilómetros por hora, los túneles eran tan oscuros como encandilantes, era tenso, era tan rápido que se me hacía eterno.

Cuando salimos de la carretera ya a lo lejos se veía el aeropuerto. Mi corazón se aceleró. ¿Realmente estaba pasando esto? ¿Realmente estamos aquí?

Hyuck se había volteado lo suficiente para agarrarme de la mano. Me encontré con su mirada por el espejo retrovisor del copiloto. Me apretó fuerte.

—Tranquilo, ya vamos a llegar.

Mi corazón vibraba. Era como un cable a tierra. Estábamos ahí, en el aeropuerto, porque el avión de Taeyong tuvo un desperfecto y Hyuck dijo que me traería con él, dijo que estaría bien.

Jaehyun estacionó el auto tan cerca de la entrada como pudo. El motor ni siquiera estaba apagado pero yo ya estaba corriendo hacia el lugar.

Si la velocidad del auto se sentía lenta mis pasos al correr eran eternos, como los de los astronautas o los buzos. Eran saltos gigantescos que me acercaban tan sutilmente que era desesperante.

El lugar era un caos, además del caos normal de un aeropuerto había un montón de personas quejándose y gritando. ¿Serían familiares? ¿O tal vez los mismos pasajeros?

Ni siquiera podía acercarme al mostrador o al módulo de atención al cliente ni a nada, y encima había perdido a los chicos. Estaba completamente repleto y ahora no solo era un desastre por dentro.

Era como vivir en carne propia mis pensamientos.

Entonces, por el altavoz, por fin oí palabras claras, palabras que podía entender:

"Los pasajeros del vuelo 782 con destino a Tailandia serán reasignados o reembolsados a la brevedad. Mientras tanto los heridos serán trasladados a la enfermería y posteriormente al hospital de ser necesario..."

La enfermería. Eso era todo lo que necesitaba ahora mismo. Miré hacia todos lados en el techo, los carteles colgantes parecían un libro de quinientas páginas interminables, recorrí uno por uno los lugares que indicaban; terminal nacional, internacional... salón uno, informaciones, baños, custodia... enfermería.

Como si mi cuerpo pensara más rápido que mi mente ya estaba en camino al lugar, me abrí paso como pude por entre la gente y sus maletas gigantes, el ruido y calor sofocantes. Por favor, solo... solo tienes que estar bien.

Amor A Primera... ¡¿Broma?! •♡ Markhyuck ♡• NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora