Amor A Primera... ¡¿Broma?! •♡ Markhyuck ♡• NCT

Otra vez juntos

Mark

Tenía todo preparado desde la noche anterior. Me acomodé la chaqueta de denim —que me quedaba bastante grande— sobre la sudadera blanca que Taeyong me había regalado para mi último cumpleaños.

Puede que haya tenido un día de mierda, una semana desastrosa y un mes del asco, pero siempre ver a Taeyong me hacía ilusión. A veces necesitas oír consejos de alguien mayor, pero no alguien tan mayor ¿se entiende? Los adultos quieren ayudar dando consejos, pero ¿qué van a saber de manejar situaciones en este siglo? por eso prefiero oír a mi hermano en estas cosas, puede que no haya vivido un montón de situaciones parecidas a las que estoy viviendo, pero sí que sabe ponerse en mi lugar.

He estado tan tentado de hablar con Hyuck últimamente. Lo veo todos los días en clase y ni la mirada me dirige, pero sé que no está del todo bien, no sé si realmente tenga algo que ver conmigo o sea por otra cosa, pero naturalmente me preocupa. Nana no me ha querido decir nada al respecto, y por supuesto que lo entiendo, si el pobre tiene que escoger las palabras con pinzas para no soltar nada que no deba, eso sí, me ha asegurado que, por el bien de Hyuck, me dirá algo si cree que es necesario.

Por otro lado Chenle está con sus propios fantasmas. Un día dice que tiene todas las esperanzas del mundo en que su situación con Renjun mejorará y al otro se encierra en su habitación porque dice que perdió el rumbo de toda su vida. Realmente quiero ayudarlo, y por esa razón también me gustaría pedirle consejo a Taeyong, puede que me esté aprovechando un poco de que tiene una disposición maravillosa, pero es que ahora mismo realmente lo necesito.

Mi móvil vibró. Tenía una notificación del Whatsapp de Taeyong. A penas la abrí mi estómago se volcó al piso.

Era una foto de un pasaje de avión, y abajo de ella ponía:

"Lo siento mucho hermanito! me ha salido una oportunidad increíble en Tailandia y hasta me han pagado el pasaje. Te prometo que te lo compensaré!!"

Fui a mi habitación y me dejé caer sobre la cama. Lo hace lo mejor que puede, dice que lo va a compensar, es una oportunidad para él, sabía que esto podía pasar, siempre puede volver a pasar...

Me lo repetía una y otra vez en la cabeza. Lo justificaba tantas veces como tenía que hacerlo siempre que le salía algún trabajo o viaje de improviso pero... ahora soy un desastre. ¡Ahora soy un desastre y lo necesito más que nunca!

Lo terrible es que lo sé, sé que está mal enfadarme con él, sé que él hace todo lo que puede y que si no fuera por él yo ni siquiera podría estar acá, y probablemente seguiría ignorado por mis padres en dios sabe qué instituto de países de los que ni siquiera sé el idioma.

Pero no puedo, ahora mismo no puedo con esto solo y estoy tan enfadado.

Lancé el móvil lejos de mí, a la silla del escritorio, porque si lo tenía en mis manos seguro iba y las cagaba diciéndole cómo me siento.

Volví a recibir un mensaje, seguro era de él. Y otra vez, y otra vez más. Luego una ráfaga de mensajes. Lo estaba preocupando. Me había enfadado con él y encima lo estaba preocupando. Siempre le respondo cualquier cosa, aunque sea para decirle que estoy ocupado y que le hablaré apenas pueda, así que sabía perfectamente cuándo lo estaba evitando.

Los minutos pasaban, los mensajes seguían ahí y yo no lograba calmarme. ¿Debería decirle lo que pienso realmente? se supone que entenderá si es así, pero estoy... estoy siendo egoísta ¿no? estoy siendo un asco, solo pienso en mí, pero es que ya estoy harto de que pase esto, lo necesitaba ahora... ahora mismo conmigo.

Se acabó.

Me paré de golpe y agarré el móvil entre mis manos otra vez, en un parpadeo ya estaba escribiendo, sin siquiera haber leído lo que había puesto después de haberme enviado la foto. Tecleé con furia. Los botones del teclado táctil volaban por la pantalla de aquí para allá, vibraban y resonaban en mis oídos. Me iba a arrepentir, sabía que si leía el mensaje antes de enviarlo me iba a arrepentir, pero también lo haría si me quedaba callado como siempre. Está bien, no te preocupes, lo dejamos para la próxima. No tenía lo que hacía falta para soltar esas simples palabras, no ahora mismo, no igual que siempre porque no estoy igual que siempre.