Amor A Primera... ¡¿Broma?! •♡ Markhyuck ♡• NCT

Un sol

Hyuck

Tuve que soportar las tonterías de los chicos un buen rato, en serio, son mis amigos pero ¿tienen que ser tan raros? encima ahora Nana y Jeno eran padres adoptivos de un ridículo cerdo de peluche; sí, a esto han llegado nuestras vidas, señoras y señores.

Entre tanto parloteo me estaba empezando a preocupar, Mark y Jun habían ido a la cafetería pero no volvieron para almorzar con nosotros, y no tengo las agallas para preguntarle dónde está, sonaría raro, qué se yo, además habíamos pasado la mañana juntos, seguro ya se me habían pasado las ganas tremendas que tenía de estar cerca de él, ¿no?

Claro que no, como si fuera suficiente, más aún después de lo que pasó.

En algún punto de la conversación con los chicos en la azotea me quedé pegado en el vacío, pensando en esa mañana.

Me levanté con la idea fija de ir por Mark y capear clases ese día, si es que él también quería, tampoco lo iba a obligar ni nada por el estilo.

Corrí a la escuela, con la determinación que solo me podría haber dado la falta de sueño y las mariposas en el estómago que estoy sintiendo. Unos diez pasos antes de que Mark pudiera entrar lo alcancé, y lo llamé para que me diera tiempo de respirar luego de mi carrera.

—¿Tú aquí? ¿así de temprano? —me miró divertido.

—M-mark. —jadeé un poco, tratando de normalizar mi respiración, no mal piensen.

—¿Qué pasa?

—Yo... y-yo quería...

Me quedé pegado. Ahí fue cuando me di cuenta de lo ridículo que me estaba viendo, y de lo estúpida que era mi idea. Sentí que hasta mis orejas ardían de vergüenza.

—¿Te parece si hablamos adentro? —apuntó la escuela con el pulgar.

—¡No! —me apresuré en decir, y tomé su muñeca. —Ven.

—¿Dónde quieres que vaya? Las clases van a empezar.

—Al diablo las clases, ¿nunca te las has saltado?

—Oh. —alzó las cejas. —En realidad no.

—¡Vamos! Seguro podemos hacer algo más divertido que estar acá. —tiré de su chaqueta suavemente e hice un puchero.

No me juzguen, sé que así se le hace más difícil decirme que no.

—Eres una terrible influencia, ¿sabes? —sonrió nervioso.

—¿Eso es un sí?

—¿Siquiera tengo opción? —soltó juguetón, tomándome de la mano y alejándonos de la escuela. —Pero volvemos para el almuerzo, ¿de acuerdo?

—Está bien. —me fui dando saltitos a su lado.

Yo ni siquiera había pensado en volver, pero qué va, haber logrado así de fácil llevármelo conmigo sin absolutamente ni una sola idea de qué hacer después era un premio más que suficiente, y ahora me pongo a pensar en eso cuando ya vamos medio camino a ningún lugar.

—¿Dónde vamos? —me cayó la pregunta que ni yo sabía responder.

Me encogí de hombros. —Ni idea, no pensé que llegaría tan lejos.

Mark rió con dulzura, y negó con la cabeza como diciendo "lo sabía"

—¿Desayunaste?

—Con suerte llegué antes que tú, no me pidas un milagro.

—Hmm... —se quedó pensativo unos momentos mientras caminábamos.

Yo solo lo seguí, en realidad me da igual dónde vayamos, porque ya aceptó, quiso venir conmigo sin tener ni idea de qué haríamos y esa sola idea ya me dejó en las nubes.