Amor A Primera... ¡¿Broma?! •♡ Markhyuck ♡• NCT

Chico nuevo, viejo amigo

Hyuck

Ese día no me iba a zafar, ya había usado todas las excusas posibles para no ir a almorzar con los chicos esa semana para no toparme con Mark, pero vamos, sé que no me creían pero ya ni siquiera tenía una sola idea ­—aunque fuera pésima— para escabullirme como lo había hecho todo el resto de esa semana. Así que asumí mi destino y fui al bendito techo después de que Nana me mandara cuarenta y siete mensajes insistiendo con que dejara de ser un idiota y diera la cara de una vez.

No es que no quiera estar con ellos, realmente quiero, y odio admitirlo pero también quiero ver a Mark, y ese es precisamente el problema. Solo quiero olvidarme de él de una buena vez, ¿de acuerdo?... Pero eso jamás se lo iba a admitir a Nana, así que no me quedó más remedio que ir.

Mientras comíamos no fue tan terrible, de hecho yo era el que estaba más callado pero todos se veían de lo más normal. Supongo que todos esos días que los estuve evitando se habían acostumbrado a que yo no estuviera.

Hablaban tan a gusto que me daba escalofríos, no quiero sonar amargado pero es que hasta siento que estarían mejor si yo me fuera. Mark se había hecho bastante cercano a Renjun, y con Nana y Chenle también hablaban bastante, incluso conversaban de cosas que yo no entendía y de tonterías de las que habían estado hablando el resto de la semana o de algo que se habían enviado por chat la noche anterior.

Y me estaban sacando de quicio.

Yo fui el que lo trajo aquí y ahora parecía que era el que menos lo conocía. Una parte de mí solo quería largarse de ahí ahora mismo, no soportaba pasar tan desapercibido, odio cuando hablan de cosas que no me he enterado, aunque sé que es mi culpa por haberme alejado estos días no puedo evitar enfadarme. Pero lo que más odiaba era lo cercanos que se estaban volviendo. Cuando conocí a Mark apenas había llegado y por supuesto que no hablaba con nadie, pero ahora tenía amigos y lo odio. ¡Lo detesto! ¡Me molesta tanto! Quiero salir de aquí y dejar de oír mi estúpida risa fingida. Mierda, sé que es egoísta y eso hace que me sienta peor, pero es que odio saber que ya no me necesita. Odio que se lleve bien con todos pero conmigo se ha vuelto un extraño.

Pero lo que más odio es que todo esto sea mi culpa. Sé que es mi culpa, me ha intentado hablar en clases y por chat y yo lo he ignorado de las peores maneras posibles, de verdad no tengo idea de cómo es que aún lo sigue intentando a pesar de que he sido un imbécil con él, pero diablos... no sé qué voy a hacer si llega a dejar de hablarme.

Seguían hablando y yo había sacado mi teléfono para disimular que no quería estar ahí, o para distraerme un poco, qué sé yo, jamás me he entendido del todo y ahora creo que ni siquiera me conozco. Frente a mí estaba Mark usando también el suyo, y pude ver que aún llevaba el colgante. Sentí un sabor amargo en los labios y tragué pesadamente, no había pasado tiempo con él en tantos días que ya casi había olvidado el estúpido conejo que le di, ¿en serio aún lo lleva? ¿aunque yo lo esté evitando como si fuera mi peor enemigo?

Entonces levanté la vista para verlo, tenía los ojos fijos en mi celular, con una expresión que ni siquiera puedo explicar, pero juro que no era nada agradable. Pasó de mirar el aparato en mis manos a encontrarme con la mirada, aunque fuera por menos de un segundo, y se veía tan... ¿dolido?

Esquivé sus ojos y volví a mirar la pantalla. Por supuesto que debe sentirse terrible ahora y por mi culpa encima, porque yo ya no llevaba el colgante. Lo había sacado unos días después de volver a mi habitación, si quería dejar de pensar en él tenía que deshacerme de todo lo que me lo recordara, pero es que eran tantas cosas... que no pude solo tirarlas, así que las escondí en el armario, incluidos el conejo de peluche que me había regalado y el colgante... pero el colgante no lo pude dejar ahí, me contentaba con haberlo sacado. Como no nos habíamos visto mucho en esos días seguro era primera vez que se daba cuenta de que yo ya no llevaba el conejo conmigo, y sé que una de mis razones para evitarlo era precisamente que no se diera cuenta de que ya no lo tenía ahí.