Almas gemelas

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Mark

Así que ahí me quedé, por los segundos más eternos de toda mi vida, los más eternos y más lindos; con los ojos clavados en él, en todo lo que era él; sentí que de mi pecho nacían enredaderas con flores preciosas, las más bonitas que pudiese imaginar, y el polen escarchaba mis sentidos, volviéndome lento, como si acabara de despertar de un sueño profundo y placentero, como si el amor de mi vida me hubiera besado.

Me besó, Hyuck me besó, él me besó a mí y... ¿cierto? ¿en serio pasó? ¿estoy despierto?

En realidad estoy en un sueño.

—Eres un sol. —me oí decir, en realidad casi ni me di cuenta.

—Sí, lo sé. —rió melódico.

Es que es lo más encantador que hay.

Nos vimos a los ojos un momento, él era tímido, pero se veía tan tranquilo... su mirada suave, delicada, tierna, como... como si nosotros...

—Hyuck.

—¿Sí?

—¿En serio lo hiciste?

Asintió en un murmullo, con los labios apretados apresando su risa.

Me dejé caer en el pasto entonces, y rodé hasta esconder mi rostro entre mis brazos, con los labios aún entumecidos y el cuerpo entero casi flotando procedí a soltar un chillido parecido a los que lanza Chenle, y ni siquiera fue suficiente.

—Tonto. —dijo Hyuck agitándome del brazo. —Ya párate que estás manchado de pasto.

—No puedo. —dije aún revolcándome en el suelo.

—Sí puedes, ven acá. —tiró de nuevo.

—¡De verdad no puedo!

—¿Qué diablos tienes?

—Estoy atascado.

—¿Atascado?

—En una rama.

Gradualmente oí su risita encantadora llenarme de vergüenza y ternura y estrellas y felicidad.

Entonces se paró y oí que tomaba una foto con su celular.

—Ay Markitos, de verdad eres un caso.

—Ah... vamos, ayúdame con esto. —soné como si estuviese haciendo un puchero.

—Dame un segundo, que te hago viral en dos minutos. —rió malicioso.

Me ayudó por fin con la chaqueta, que estaba atorada en las ramas de los matorrales que habíamos aplastado. Me ofreció su mano para ayudarme a ponerme en pie, y en seguida empezó a arreglarme el uniforme; ordenó mi corbata, sacudió las mangas, incluso quitó un poco de hierba de mi rostro y me arregló el cabello.

Como si nosotros fuéramos...

—Ya, ahora sí. —sonrió.

—Te juro que eres el sol mismo, Hyuckie. —solté dejando que las mariposas revolotearan libres dentro de mí.

—¡Dios! No seas meloso. —sus manos cubriendo su rostro solo hicieron su sonrojo más evidente.

—Tú empezaste.

Entrecerró sus ojos amenazadoramente, y acabó sonriendo con dulzura.

Nos sentamos justo debajo de un árbol, lejos de la gente para estar tranquilos; en realidad ya no me interesa en lo más mínimo volver a clases y terminar con esta maravilla de día que estoy teniendo.

Saqué mi celular y el cascabel sonó brillante y claro, y de pronto sentí una sensación de nostalgia, era como si no lo hubiese oído así desde hace meses, aunque no lo había sacado de su lugar ni por un segundo.

Amor A Primera... ¡¿Broma?! •♡ Markhyuck ♡• NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora