AMOR SECRETO

Secreto..."53"

Vegeta.
La madre de Caulifla llego de viaje a la capital, estábamos reunidos en mi casa Kale, Caulifla, su madre y yo, ambas mujeres hablaban de una fiesta de caridad que planea Caulifla en la galería, me fastidia tanto esas absurdas fiestas, piensan que haciendo esas "obras de caridad" quedan ante la sociedad como la familia recta y perfecta de la que se sienten orgulloso, aunque su vida familiar es un rollo... Su conversación me fastidiaba y más x que la madre de Caulifla hacia menos a la esposa de mi padre, no es que me importe esa mujer, pero odio que esa señora se siente con derecho de menospreciar a la mujer que mi padre eligió para compañera.

Mamá Caulifla: ¿entonces cuanto donara para la galería Rensou?
Kale: ¿más? Nosotros somos los patrocinadores.
Mamá Caulifla: ¡hey! ¡vamos! Se que no estas acostumbrada a darte la gran vida como una señora de mundo, estas acostumbrada a guardar hasta el más mínimo zenis, tu no eres de nuestra clase, pero se que a Vegeta no le importara donar una buena cantidad de dinero, ¿X cierto? Espero que esta vez no invites a tus amigos, a los que invitaste a la boda de Caulifla y Vegeta, ellos no saben comportarse en fiesta de ese tipo.
Kale:(molesta) ¿dices que no puedo invitar a la fiesta a mis amigos? Pero si mi nuera es la que organiza la fiesta.
Mamá Caulifla: no le digas nuera a mi hija. ¡Vegeta no es tu hijo!

Ella agacha la cabeza, derrotada, como dije esto es algo fastidioso, convivir con los Rensou es hablar con personas tan grises y cuadradas, gente con dinero pero sin educación, así que me levanto del sofá y doy un par de pasos..

Kale: ¿a donde vas? Todavía hay algunos detalles pendientes.
Vegeta: tengo asuntos que atender en el restaurante, estoy seguro que puedes encargarte de eso ¡MADRE!

Dicho esta ultima frases vi como la madre de Caulifla se sintió avergonzada, la mujer no es santo de mi devoción, pero no voy a permitir que la humillen. Me doy la vuelta y salgo de ahí.

❇⚫☀⚪
Restaurante Salad

Bulma.
Acomodo, limpio, atiendo, es algo que me gusta hacer, me siento feliz de regresar a mi empleo, si solamente fuera el restaurante de alguien más mi felicidad seria mayor, aunque los murmuros de las demás empleadas me incomodan, piensan que tengo algo que ver con el dueño o que tengo palancas para regresar, si supieran que no es un favor él que me hace, es mi condena.

Cerramos el restaurante, Launch y yo caminamos a la salida, nos despedimos de los compañeros y claro del gerente, cuando salimos de lugar, de un auto estacionado frente al restaurante se escucha esa odiosa voz, trato de ignorarlo pero Launch no.