Capítulo 2
Valentina Fuentes
Tenía un dolor punzante en la cabeza, y se metió en la ducha a duras penas, ese día debía ir a ver a su mamá, los domingos eran sagrados, para ir a cocinar y comer juntas. Aunque ese día hubiese cambiado esa costumbre, por su cama, helado y netflix. Pero a pesar de todo lo que había pasado, amaba a su madre, guardaba esa esperanza que su progenitora se comportara como lo había hecho su nana. Con ese amor maternal del que se hablaba, y que ella jamás había experimentado, al menos con su madre. Porque su abuelita nana había suplido muchas necesidades materiales, y afectivas en un momento difícil de su vida.
Se detuvo tres veces antes de salir de casa, como siempre para corroborar que llevaba todo, y había dejado todo bien. Trataba de dejar su ropa bien planchada, estirada, y doblada a la perfección. No creía que fuera maniática, aunque su amiga Luisa le decía que lo era, pero siempre terminaba encontrándole la razón, diciendo que adoraba la perfección de todo su departamento. Limpio, impoluto e impecablemente ordenado.
Intentaba mantener la calma a la hora de salir, siempre le pasaban cosas extrañas al salir de su casa, días atrás había sido pisar la caca de un perro. Caerse y doblarse el tobillo, chocar con el codo en la pared de las escaleras. Cosas raras, como su encuentro con el nuevo vecino el día anterior, no es que le molestara el hecho de que tuviera un nuevo vecino, lo extraño era que llevaba un mes frente a su puerta y ni siquiera lo había visto, escuchaba ruidos, pero no pensó que un hombre estuviera viviendo ahí, menos coincidir dos veces el mismo día.
Recordaba algo vergonzoso de la noche anterior, pero lo que más tenía en su retina era la presencia de otro hombre semidesnudo con él, y que casi le gritó que era gay. Eso no se lo podía sacar de la cabeza. No era guapo, era demasiado e irremediablemente bello, sus facciones masculinas, sus ojos azules claros, su cabello rubio despeinado y su sonrisa perfecta.
Por eso Luisa la noche anterior le hizo sentir avergonzada, de no haberse dado cuenta de ese espécimen tan cerca, bromeaba que le tiraría los calzones al vecino guapo, pero ella sin bajarle los brazos a su bulliciosa amiga, le llevaba la razón en todo. Pero el vecino atendiendo la mesa, la provocó con la mirada, hizo un gesto con deseos de reír por no tomar alcohol, cómo burlándose de ella. y aquello la descontroló, y la hizo beber más de lo necesario. "Nunca más".
Por fin abrió la puerta, y estaba corriendo la llave para cerrarla. Cuando escuchó que alguien carraspeaba en su espalda, se volvió lentamente, y nuevamente le impresionó su cuerpo bien trabajado a la vista. Tragó saliva nerviosa, y levantó las cejas.
-Buenos días, vecina.- Le dijo con la voz enronquecida.- Pareces mucho mejor hoy.
- Buen día, sí, gracias.- Dijo dispuesta a salir lo más pronto de ahí.
- Se me terminó el café, quería pedirte un poco.- Le mostró la taza vacía, y Valentina asintió. Comenzó a abrir la puerta, y entró. Estaba por cerrar la puerta en sus narices, pero él sostuvo la puerta abierta, y entró sin pedir permiso.- Pero qué belleza tienes aquí, parece sacado de una revista.
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Sabor a Mar [Completa]
RomantikPorque en la vida nunca bastaba, Gaspar creía conocer la felicidad plena junto a su novia, pero un día se da cuenta que nada de eso es real, anhela nuevamente esa libertad, ese deseo de volver a ser como antes. Dejando atrás una ciudad que lo vio na...