Capítulo 21

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Valentina Fuentes

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Valentina Fuentes

Despertó y ya no había nadie a su lado, Bertita le ayudó a ducharse, vestirse, ponerse ropa, maquillarse un poco. Y ya cuando se sintió apta para ser vista, bajó a la cocina. Ahí Bertita ya le tenía todo listo, para que se sentara a desayunar.

-Bertita... me estoy mal acostumbrando...- Le dijo sonriente. Isabel llegó y besó su mejilla.

- ¿Cómo amaneciste cariño?

- Muy bien, gracias... ¿Y Gaspar?

- Fue a nadar... no te sorprendas, pero había veranos que casi ni lo veíamos.- Admiraba a Gaspar por esa entrega, cualquiera se daba por vencido. Gervasio iba caminando por el sendero que llevaba a la playa, y saludó a alguien. Desde ahí supo que era Vicente, el padre de Camila. Los vio conversar durante mucho rato con familiaridad, si había algo que le agradaba, era ver como personas podían quererse sin siquiera tener algún parentesco, sonreírse, conversar animadamente, compartir momentos importantes.

- Son amigos desde que tengo uso de razón, Gervasio conoció a Vicente cuando llegó acá... pero pareciera que siempre habían sido unidos.

- ¿Vicente no era de acá?

- No, me parece que vivía cerca de La Serena, donde vives tú. Pero no estoy segura. Él tuvo un proceso difícil...

- ¿Qué le pasó?

- No sé si sea prudente contarte...

- Tiene razón, estoy siendo una entrometida.

- No, ni que lo digas. Bueno... tuvo una infancia complicada, vivió en hogares de acogida desde los seis años. Nadie nunca lo adoptó y a los catorce años tuvo que comenzar a trabajar, a buscar valerse por sí mismo.

- No pareciera un hombre así con tremenda casa...

- Bueno no era un hombre adinerado pero Hilda lo es...

- ¿Su mujer?

- Sí, él llegó acá trabajando de pescador, luego comenzó en construcción, ahí conoció a Hilda. Eran tan diferentes, que yo ni me lo creía cuando los vi juntos la primera vez. Aún lo recuerdo, los padres de Hilda casi echan abajo Pichilemu por el grito de espanto, pero Vicente demostró tener más valor que nadie, trabajó intentando valer más a ojos de sus suegros, pero tenía más cabeza que todos juntos, ahorró y fundó lo que es la empresa de construcción de nuestra familia. Finalmente terminaron casándose, pero no exento de escándalo...

- ¡Vaya historia!

- Sí, Hilda era mi amiga, pero las cosas han estado un poco tensas entre nosotras... me imagino Gaspar te ha contado...

- Claro, me lo dijo. Lamento todo esto... y ahora estoy yo, removiendo las cosas más aún.

- Valentina, tienes tan buen corazón que hasta te preocupas de eso... y no. No es tu culpa, cariño. Es hora que vayamos haciéndonos a la idea que no volverán a estar juntos, ambos se merecen rehacer sus vidas. Y si mi hijo quiere estar contigo...

Sabor a Mar [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora