Capítulo 12

877 120 128
                                    

Valentina Fuentes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Valentina Fuentes

Revisaba las cajas del supermercado, llevaba dos semanas en esa aventura con Gaspar, y cada vez se impresionaba más de lo bien que la pasaba a su lado. No era sólo por el sexo fascinante, si no por las risas y conversaciones extensas. Las comidas a deshoras, la compañía cuando menos lo pensaba, y más lo necesitaba.

Estaba justo pensando en eso, cuando vio que alguien le levantaba la mano, era Lucía.

-Hola... perdida. Espero que éste abandono sea por ese vecinito tuyo.- Dijo su amiga, haciéndola reír.

- Puede ser...

-Ya es hora que me cuentes algo de ese tipo, es que me tienes demasiado intrigada.

- ¿Así...? ¿Qué tan intrigada?

- ¿Es pitufo?- Negó con la cabeza.- ¿Lo hace mal?- Negó nuevamente.- ¡Rayos! ¿Te enamoraste de él?- Iba negar, cuando quedó a medio camino. No podía mentirle a ella.

- No lo sé... pero esto que siento por él, es primera vez que me pasa.

-¿Pero?- le preguntó su amiga.

- Pero dijimos que no podía pasar, que no debíamos caer en lo de las parejas, comenzar a decir cosas lindas y después que todo se vaya a la mierda.

- ¿O sea si llegase a pasar en algún momento?- Su amiga la conocía muy bien, y asintió.

- Pero creo que siento unas cositas... pequeñas... pero siento.

- Debes hacer algo... para no involucrarte demasiado.

- Eso intento, lo veo mirar mujeres, de hecho le coquetean frente a mí, pero disimulo muy bien y no le digo nada. Pero la culpa también es de él. Siempre me busca con la mirada, y ahí nos perdimos.

- ¿Así?

- Sí, yo me acerco lo beso y pierde todo el hilo de coquetear con la chica. No es celos, pero sabe tan deliciosos esos besos.

- Valentina, ten cuidado. Él tiene experiencia, se nota.

- Lo sé. No quiero sufrir. Lucía te veo mañana... es domingo.

-¿Y hoy?

- Iremos a surfear con Gaspar.- su amiga le sonrió y se despidió.

Eran las tres de la tarde cuando su turno se daba por terminado, y llevó todas sus cosas en la bolsa.

-¡Valentina!- Escuchó que Martín la llamaba, y se volvía. Le había pedido disculpas, y aunque no le había parecido nada gracioso, aceptó sus disculpas y todo quedó en el pasado.

- Dime, Martín.

-Tienes que ayudarme mañana con unos documentos... ¿Puedes?

- Claro, pero mañana me toca tarde. Entro a las cuatro y media y salgo a las diez.

Sabor a Mar [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora