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Era un día nublado, el cielo se había teñido de color gris, depresivo. Ése día el número de suicidios en Amity aumentaría.

Las barreras de la Escuela de Amity eran largas, dando el aspecto de una prisión.

Ellie se columpiaba lentamente en un oxidado columpio que rechinaba al moverse. Pensaba. Pensaba en el futuro. Pensaba en que ese pueblo no le agradaba, que sus habitantes no le agradaban. Le atemorizaban. Los más normales del pueblo eran los niños y los jóvenes. Y cada día eran menos. Ese día no había llegado Julia, y los rumores decían que le había dado la "enfermedad".

Pensaba en que pronto Amity no sería más que un pueblo fantasma. Pensaba en que posiblemente su presentimiento no era más que producto de su imaginación, se obligaba a creerlo así, pero una parte de ella sabía que no lo era, sabía que había tenido razón, y que algo pasaría. Dos palabras resonaban en su mente, con gran potencia. <<Sangre>> <<Algo oscuro>>. ¿Qué significaba aquello? En el fondo creía saberlo, pero suprimía el pensamiento.

El columpio chirriaba.

En una escuela normal se oirían gritos de alegría, pero no en aquella escuela. Sólo se escuchaba el silencio, un silencio penetrante, un silencio temerario.

Margot no estaba en la escuela, no había entrado, seguramente se ha ido con Deán, pensaba Ellie. Quizá fue con Deán a <<hacerlo>>, y esta vez nadie lo impediría.

El columpio chirriaba.

Ellie miraba el cielo abstraída en sus pensamientos, pareciendo que estuviera en estado catatónico. Nadie se había percatado. ¿Para qué? No era más que una niña entre muchas, además, ni siquiera pertenecía al pueblo.

El columpió volvió a chirriar.

Ellie profirió un grito, cayó al suelo y comenzó a convulsionar. Algunos adultos se acercaron corriendo.

El columpio seguía chirriando.

El Visitante OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora