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Will, 4:15

Estaba fumando un cigarrillo en el marco de la puerta, había perdido la cuenta de cuántos llevaba en esa noche. De cualquier forma, no importaba. La niña estaba allí, muy cerca, lo sabía. Lo sabía porque había hecho su aparición hacía unos quince minutos quizá, no estaba seguro. Mientras miraba hacia fuera (sabía que eso había sido un error, pero pensó que descuidarse uno momentos no podía ser tan malo), sintió un dolor en el hombro y las manos y vio que estaba sangrando, que la sangre volvía a salir como si hubiera sido la primera vez que sentía el dolor, como si la herida se hubiera vuelto a abrir. Esta vez sí sintió verdadero dolor y casi gritó, mas se contuvo. Su ropa estaba manchada de ese líquido rojo, porque en esos momentos no había encontrado otra cosa con qué detener el sangrado. Había mirado hacia atrás y a todos lados, pero no había visto nada. Pensó que quizá estaba arriba, que había intentado bajar pero que al verlo se había retractado. Y si había sido así, estaba bien porque probablemente el chico la atraparía, pero no la mataría, porque si lo hacía Will lo mataría a él. De hecho, estaba pensando seriamente matar al chico. La voz le había dicho que lo tenía que llevar porque dos son mejor que uno, pero no había dicho nada de qué hacer con él cuando todo finalizara. <<Todo lo que no está prohibido es permitido>>, pensó Will. Y lo haría, mataría al chico, ¿las razones? No las tenía, no lo odiaba, pero sentía una furia dentro de él y si la desataba todo con la niña la terminaría matando muy rápido. Y él no quería eso, quería que la niña sufriera, porque lo que había desatado era imperdonable. Así que si lo mataba frente a ella... frente a... ¡Ellie! ¡Joder, casi olvidaba el nombre! Así que si lo mataba frente a Ellie desataría el miedo en la cría, más miedo aún. Además, el chico tenía la enfermedad y por los gritos que había escuchado ya no sería virgen. Si iba a morir de cualquier forma, ¿qué mejor que ahorrarle el trabajo de meterse el cañón de una pistola en la boca?

Otra parte de él decía que la niña estaba allí, en esa parte de la casa, escondida. Mientras caminaba por la sala de estar, sin perder de vista la entrada, había visto dos puertas en la cocina. No sabía a dónde dirigían, pero una parte de él le decía que debía buscar allí. Y ese presentimiento se hacía cada vez más fuerte. Decidió no esperar más y buscar ahí, perdería de vista la puerta y si fallaba sería fatal porque podría escapar, pero se decía que no estaba equivocado, que la niña estaba allí. Mientras comenzaba a alejarse de la puerta, escuchó, arriba, que una puerta se abría. <<Bien, chico, supongo que ya te has venido dentro, ¿eh? Claro que sí, qué importa si lo más probable es que la has matado. Pero no te esperaré, puedes hacer lo que quieras, porque ahora es mi turno de disfrutar>>, divagó. Antes de seguir avanzando, cogió el hacha. Cuando lo hizo, caminó hacia la puerta con lentitud, no había porqué apresurarse, tenía toda la noche, o lo que restaba de ella. Cuando pasó por las escaleras, no se molestó en mirar hacia arriba porque estaba demasiado ocupado en llegar hacia la puerta, pero si lo habría hecho, habría visto parte de una chica con el rostro bañado en sangre. Margot tampoco lo miró porque estaba concentrada, en esos momentos, en su dolor y en cómo tenía que terminar con esa pesadilla.

Will llegó a la puerta y sintió el deseo de romperla con el hacha, pero se dijo que no era necesario. Miró hacia la puerta de la casa, y alcanzó a vislumbrar parte de los restos del árbol. <<Si no se hubiera caído, la voz me habría dicho dónde estaba la niña. Pero también la otra fuerza les habría dicho a ellos dónde estábamos nosotros>>. Su mano se dirigió al picaporte y lo accionó. Por un momento sintió que la puerta se resistía a abrirse, pero después de empujar con fuerza se terminó abriendo. Contempló hacia abajo, comprendiendo que se trataba de un sótano. De inmediato, lo supo, supo que allí estaba, que la había encontrado. Sonrió.

El Visitante OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora