Silencio y muerte. Dos palabras tan distintas y tan cercanas a la vez. El silencio y la muerte, la muerte y el silencio. Esas palabras resonaban en su mente desde la pérdida de Rose. Desde ese día había asociado el silencio con la muerte y viceversa. Los asoció simplemente por un pensamiento horas después de que ella se había ido. Las frases llegaron para quedarse, y él pensaba que eso sería sus últimos pensamientos antes de abandonar el mundo de los vivos y se fuera a... ¿el cielo? ¿el infierno? ¿la nada? ¿el vacío?
No lo sabía.
Antes de que Rose falleciera tenía sus creencias ordenadas. Creía en la existencia de "algo más". En el llamado Dios. Pero después de lo de Rose, ya no estaba seguro. Luego de eso ya no estaba seguro de nada.
<<Silencio y muerte>>.
Aunque realmente no fue silencio y muerte o muerte y silencio. Fue ruido, silencio y muerte o ruido, muerte y silencio. No estaba seguro.
Rose había adquirido la enfermedad, pero el dolor que ella experimentaba era inhumano. Paul no lo soportaba, y Rose le suplicaba que lo hiciera. Paul no quería, pero ella sí. O era eso o tener que ver a su amada morir lentamente.
Así que lo hizo.
Fue rápido, no transcurrió ni tres minutos. El sonido de un disparo, el sonido de gotas de sangre cayendo al suelo y finalmente, el sonido del silencio.
La enterró como era digno, en el cementerio, por la noche. Realizó un funeral breve en el que el único que participó fue él.
Después de ese día, todo fue silencio.
El silencio le acompañó por las noches, mientras miraba por su ventana las desoladas calles de Amity, viendo cómo parpadeaban las luces de la calle, amenazando con apagarse.
En ciertas ocasiones se recostaba en su cama y miraba el techo mientras se dirigía al país de los pensamientos o al país de los sueños. Normalmente visitaba con más frecuencia el país de los pensamientos que el del sueño, ya que este último le parecía cada vez más lejano.
Apoyaba el rostro en el cristal de la ventana, mientras sus ojos se perdían en la oscuridad del callejón que eran sus pensamientos, mientras luchaba por no pensar en Rose, y menos aún en la última imagen que vio de ella. En Rose con media cabeza ausente y la sangre saliendo a borbotones.
A veces pensaba por qué no había apuntado al corazón, por qué tuvo que ser en el cráneo.
La mancha de la sangre aún era perceptible en el suelo de madera. Cuando Paul pasaba por allí, intentaba no verlo, dirigiendo la vista hacia otra parte.
Y desde la muerte de Rose, que ya hacía cinco años de eso, el silencio siempre le acompañaba como si fuera la muerte. El silencio le seguía, pero Paul no lo miraba como algo negativo, sino todo lo contrario. Miraba al silencio como un viejo acompañante, que siempre estuvo cerca de él, escondido en un rincón, y que ahora había salido de su escondite.
El silencio era como un viejo amigo, que no lo abandonaría nunca, que lo acompañaría siempre sin importar las circunstancias. Siempre estaría allí, y Paul notaría su callada presencia como si del aire se tratara.
El silencio y la muerte eran como su perro fiel, con la diferencia de que él no era su dueño, sino todo lo contrario.
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El Visitante Oscuro
Mystery / ThrillerEllie, una niña de apenas once años, despierta tras haber tenido una horrible pesadilla, la cual no recuerda con exactitud más que dos simples pero estremecedoras palabras: "sangre" y "algo oscuro". Tiene la absoluta certeza de que algo va a ocurrir...