Will y Deán, 2:50
La puerta estaba casi destruida y habían logrado hacer numerosos huecos. Cuando detuvieron su trabajo porque pensaban que era suficiente, la cordura volvió a ellos, o al menos, una parte.
-Chico- susurró Will-, ¿aún tienes tu pistola?
Deán asintió, sacó la pistola del pantalón y se la mostró.
-Bien, tenla así, no la guardes. Es posible que haya problemas. Espero que no, pero hay que estar prevenidos- miró hacia atrás para comprobar que no había nadie. Las cosas, hasta ese momento, habían salido bien, y a Will eso le preocupaba, porque si todo había salido bien hasta ese momento, era porque posiblemente las cosas comenzarían a salir mal después-. Es momento de entrar.
Metió la mano por un orificio y tuvo una idea casi similar a la de Rachel: pensó en mirar por el agujero y gritar "¡Aquí está Jhonny!". Pero no lo hizo porque eso era una idea estúpida y lo que estaban haciendo era algo serio. Buscó el picaporte, y finalmente lo encontró. Lo accionó, abriendo la puerta. La abrió lentamente. La madera se arrastraba en el suelo. Lo abrió lo suficiente para poder entrar y lo hizo. <<Estoy dentro, estoy dentro. Tengo que ser cuidadoso, no me debo dejar engañar por las apariencias. Debo matarlos, ahora debo matarlos. Es algo serio, es lo más serio que he hecho en mi vida y no me debo permitir estropearlo>>.
Deán le seguía. La respiración del chico era rápida, por un momento Will pensó que le estaba dando un ataque de asma. Recordó si la voz le había dicho si Deán tenía asma, pero hasta donde él recordaba, no lo había mencionado. A lado de él había una pared. <<Cuidado, Will, alguien puede estar allí, esperando>>. Asintió. Frente a él miraba un comedor, retratos de la familia colgados en la pared, una puerta cerca del comedor, una alacena con platos y un microondas y un refrigerador cerca de la alacena. Se acercaba cada vez más al final de la pared. Will deseaba llegar al final de esta para cerciorarse de que detrás no había nada.
Sostenía el hacha con ambas manos, mirando el filo de esta, tan peligroso, tan cortante. Imaginó cómo sería cuando lo incrustara en el cráneo de la puta niña. Sería algo hermoso, pensaba, algo realmente extraordinario, un sueño. <<No tendrás que seguir soñándolo, porque pronto se hará realidad>>, le decía una parte de sí.
-La mataré- susurró Will-, mataré a esa pequeña zorra.
Terminó de caminar al lado de la pared y estaba dispuesto a mirar atrás, pero algo lo detuvo. La alfombra. En la alfombra podía ver pisadas, pisadas que parecían recientes. ¿Por qué lo sorprendía eso? Ya sabía que algunas estarían despiertas. Miró un retrato, era de una niña, de quizá seis años, con el cabello tapándole parte del rostro, con una sonrisa y los ojos mirando a la cámara. <<No te distraigas>>, se dijo. Reaccionó y comenzó a mirar de un lado a otro. Deán estaba detrás de él, pero sólo miraba hacia el frente y a los lados, no hacia atrás. Ninguno miraba hacia atrás. Entonces Will escuchó un ruido apenas perceptible, el ruido de una pisada que se hundía en la alfombra. Pensó que no podía escuchar eso con el sonar incesante de la lluvia sobre él, pero así fue, lo escuchó, y se dijo que lo había imaginado. <<No te confíes, Will, cualquier cosa puede pasar. No las subestimes, la voz lo dijo, no las subestimes>>, pensó. Se volvió a mirar atrás, pero antes de que lo hiciera, una voz le llegó, una voz femenina.
-Malnacidos hijos de puta- dijo la mujer detrás de Will, y antes de que este se pudiera voltear a verla, un disparo resonó en el lugar.
Esperó sentir dolor, pero no pasó. Al lado de él, escuchó que el chico gritaba. Se volvió a mirarlo, y vio que Deán miraba a la mujer y se sostenía la pierna con la mano que no sostenía la pistola. Había dejado caer el hacha. Miró a la mujer, su cabello estaba suelto y le ocultaba las mejillas, su mirada era fulminante y su rostro estaba rojo tanto de ira como de miedo. Usaba pantalones y una blusa un tanto apretada, y Will no pudo evitar mirarle los senos. Pensó que para ser vieja los senos de esa mujer eran maravillosos.
ESTÁS LEYENDO
El Visitante Oscuro
غموض / إثارةEllie, una niña de apenas once años, despierta tras haber tenido una horrible pesadilla, la cual no recuerda con exactitud más que dos simples pero estremecedoras palabras: "sangre" y "algo oscuro". Tiene la absoluta certeza de que algo va a ocurrir...