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Cinco años antes...

La música de un club nocturno en Nueva York sonaba fuertemente en la calle menos concurrida de la zona. Una gran fila de hombres y mujeres impacientes ya se hallaban ahí esperando entrar, porque claramente los más importantes eran los hombres de dinero.

De pronto una lujosa camioneta negra se detuvo enfrente del club y de ella bajaron ocho hombres con traje negro. Al final, un tipo alto con una capucha y una máscara blanca cubriendo su rostro hizo su aparición.

La gente los quedó mirando curiosos mientras se acercaban, y aún más intrigados se preguntaron quién era ese sujeto, pues las cadenas inmediatamente fueron retiradas y les dejaron entrar sin pedir absolutamente nada.

—Bienvenido Señor Black.

El hombre de la capucha no respondió no le dirigió una mirada, simplemente siguió el camino por un extenso pasillo lleno de luces neon. La música se escuchó aún más fuerte que antes y cuando por fin lograron llegar al centro del lugar, la gente estaba bailando mientras algunas chicas con casi nada de ropa se movían en el escenario. Pantallas gigantes reproducian vídeos musicales y los meseros de cuerpos pequeños y un poco afeminados caminaban atendiendo a los clientes, utilizando únicamente un short de licra negro y un chaleco de vestir sin nada debajo. Terminando, llevaban puestos unos botines negros y una cadena ajustada en el cuello, algo que a Black le hizo torcer los labios con desagrado.

Detrás de las cortinas guindas que rodeaban el lugar, hombres y mujeres salían satisfechos luego de un rato de diversión y privacidad. Para nadie era un secreto lo que hacían los empleados en aquel sitio de mala muerte.

Pero el Señor Black pasó sin mirar a nadie en especial, realmente no le interesaba ese ambiente... hasta que sus oscuros orbes lograron ver a un jovencito de cabello castaño que vestía aquel indecente uniforme. Un hermoso muchacho que cargaba una charola y recibía toqueteos además de insultos mientras caminaba al parecer incómodo.

Su cuerpo era delgado, pero apesar de que no se podía definir como "masculino", unos pequeños y no muy marcados músculos adornaban sus largas piernas y también sus brazos. Poseía una piel livida que combinaba perfectamente con sus redondos y llamativos ojos azules. A primera vista, si el chico estuviera inmóvil, Black podría jurar que sería confundido con un hermoso muñeco de porcelana cuyos razgos delicados habían sido tallados con sumo cuidado para alcanzar aquella perfección.

El hombre de la máscara se detuvo abruptamente al ver a esa flor tan encantadora y hermosa en un lugar tan asqueroso como ese. Ni siquiera le importó que estuviera pensando así de otro hombre, simplemente no podía negar que era precioso.

Pero al ver al encapuchado estático, sus guardaespaldas inmediatamente se pusieron alerta y se prepararon para tomar sus armas si era necesario utilizarlas, logrando romper su concentración, distrayendo su mirada del encantador jovencito.

—¿Ocurre algo señor? ¿Quiere que nos separemos?

—No, solo... Solo me pareció ver a alguien conocido, pero lo confundí... No importa.

Con pesadez siguió avanzando sin apartar la mirada de aquel muchacho castaño de tentador cuerpo y bello rostro, hasta que subieron por unas escaleras y sus ojos no pudieron verlo más.

—Señor Black— dijo uno de los guardias de la oficina en lo más alto del edificio. Su tono parecía sorprendido, pero eso a Black no le importó.— Bienvenido señor.

—Guárdate la hipocresía para otra ocasión. Quiero ver a Duncan ahora mismo.

El hombre apretó los dientes emitiendo un crujido, sin embargo inmediatamente abrió las llamativas y pulcras puertas doradas que parecían brillar como oro ante las luces que iluminaban el pasillo.

🂡♕Sᴇɴ̃ᴏʀ Black♛🂱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora