🂡♕Sᴇɴ̃ᴏʀ Black♛🂱

•32•

*Era día sábado en la mañana cuando el joven Jérome había salido a correr.
Estaba muy emocionado porque finalmente le presentaría a su papá la chica con quien estaba saliendo.

—¡Ahg! ¡No seas flojo!— escuchó gritar a alguien y repentinamente se detuvo al encontrarse un poco más adelante a dos jóvenes que cargaban muchas bolsas del supermercado.

—¡Yo traigo la mayor parte Seth! ¡Tú eres el flojo!

Divertido, se acercó a los muchachos que para su sorpresa, eran gemelos.

—Amm ¿Necesitan ayuda?

—¡Si!/¡No!— gritaron ambos al mismo tiempo.

—En realidad no sería ningún problema para mí ayudarles.

—Te ves fuerte— dijo al que identificó como Seth— Toma.

Le entregó una bolsa tras otra y cuando se dió cuenta, el chico de cabellos rubios solamente sostenía una bolsa muy pequeña entre las manos.

—Ahm...

—¡Eres un aprovechado!— le gritó el otro chico molesto.

—Cállate Matt.

—¿Y a dónde se dirigen?— preguntó interrumpiendo.

—Oh, vamos a casa. Ven sígueme.

Comenzaron a caminar mientras platicaban de diversas cosas. Por ejemplo, de que los gemelos recién habían llegado a vivir en esa zona y Jérome entendió entonces el porqué no los había visto antes. Caminaron por poco tiempo y finalmente llegaron a una bonita casa color blanco que quedaba a muy pocos minutos de donde vivía él.

—Es aquí— le informó Seth sonriendo y sacando la llave para abrir la puerta.

—Bueno, fue un placer chicos.— se despidió en cuanto dejó las bolsas en la cocina de la casa.

—¡Gracias chico guapo!

El azabache se marchó riendo y pensó que tal vez no volverían a hablarle, pero pasaron tan solo dos días cuando los gemelos llegaron hasta la puerta de su casa y preguntaron por él.

—Hola Jérome.— saludó Seth alegremente.

—¿C-Cómo supieron en dónde vivo?— preguntó extrañado, además tampoco recordaba haberles dicho su nombre.

—Pues solamente preguntamos por aquí y por allá. En realidad no fue tan difícil que nos dijeran.

—Ya entiendo— frunció el ceño y se quedó mirándolos fijamente— ¿Y qué se les ofrece? ¿Necesitan algo?

—No conocemos a nadie por aquí... Así que pensamos que tal vez podríamos salir a caminar un rato contigo.

—Hmm— lo pensó detenidamente— Está bien.

Y aquella tarde, fue solamente el inicio de una increíble y larga amistad que comenzó como algo inocente.*

Los ojos de Jungkook se abrieron abruptamente cuando sintió un peso extra apoyarse sobre su abdomen. Las cortinas oscuras impedían la entrada de luz a la habitación y aquello solamente permitía divisar sombras, pero lograba distinguir el cuerpo que yacía sobre él a horcajadas.