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A la hora de la comida, Jimin esperaba que Jungkook llegara por él para así poder bajar juntos al comedor y quizá platicar un poco.

Miraba constantemente las manecillas del reloj en la pared, concentrándose en el «tic tac» que sonaba haciendo eco dentro de aquellas cuatro paredes,  hasta que la puerta fue tocada a los pocos minutos, sacándolo de sus pensamientos. Sin esperar un sólo segundo, bajó corriendo de la cama y abrió con una hermosa sonrisa para recibir al hombre al que había estado esperando, lamentablemente su preciosa sonrisa se borró al encontrar al otro lado a una mujer de unos treinta años, pelirroja y bastante guapa.

—El Señor Black me mandó por usted para llevarlo al comedor— fue lo primero que dijo la fémina con una expresión bastante seria mientras le recorría discretamente con la mirada, sorprendiéndose ante la apariencia del menor. Tenía un rostro aniñado y muy atractivo, pero apesar de eso se veía varonil, algo que la mujer no pudo explicarse enseguida, pues el Señor Black jamás había demostrado tener ese tipo de gustos. Definitivamente era una sorpresa.

—¿Él está allí?— preguntó Jimin moviéndose nervioso frente a la pelirroja, teniendo una pizca de esperanza para poder ver al hombre de la máscara.

—No... El Señor Black— la mujer hizo una breve pausa y raspo la garganta antes de continuar—...Él está ocupado, pero vendrá a verlo más tarde.

El castaño no podía negar que se sintió bastante decepcionado al escuchar aquello; sin embargo, le regaló a Irina una hermosa sonrisa y salio de la habitación para seguirla por el largo pasillo y las escaleras, hasta que llegaron al comedor.

Más tarde, Jungkook servía un vaso de whisky mientras que la chica de cabello negro terminaba de colocarse su blusa.

—¿Hay algo más en lo que le pueda servir, Señor Black?— preguntó lista para retirarse. Después de todo ya no tenía nada qué hacer ahí y ella lo sabía perfectamente, igual que todas las demás.

—No— respondió cortante dejando el vaso sobre un mueble para poder acomodarse su camisa blanca— Ya puedes retirarte.

No era la primera vez que veía y tocaba el cuerpo desnudo de alguna de las mujeres que trabajan en la casa. Incluso alguna vez Irina se quitó sus prendas para él, aunque muy en el fondo, jamás quedaba completamente satisfecho.

—Con su permiso, me retiro señor.

La muchacha hizo una reverencia y sin cruzar otra palabra, salió de aquella habitación para volver a sus labores.

Jungkook dejó escapar un suspiro y se preguntó qué estaría haciendo Jimin en ese momento. Según sus cálculos ya debía estar en su recámara nuevamente, por lo que decidió salir hacia el pasillo para poder bajar hasta donde se hallaba la habitación del menor, tenía ganas de verlo.

Y Jimin no tenía demasiado qué hacer. Estaba en un lugar enorme que desconocía y siendo honesto, no se sentía seguro andando solo por la inmensa mansión, por eso prefirió quedarse en la habitación.

—¿Jimin?— escuchó su nombre provenir de afuera siendo pronunciado por aquella voz que tanto anheló escuchar toda la tarde.

Bajó tan rápido de la cama que por poco tropieza con sus propios pies y cae al suelo de bruces, pero logró recuperar el equilibrio y también la calma. Tomando una bocanada de aire, abrió.

—Hola lindo cisne.— le habló Black con un tono de voz bastante meloso que fascinó los oídos del menor.

—Hola— sonrió tímidamente y el azabache sintió de nuevo aquel rápido golpeteo que provenía de su corazón al ver como las mejillas del castaño tomaban un leve rubor que se extendía lentamente.

🂡♕Sᴇɴ̃ᴏʀ Black♛🂱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora