🂡♕Sᴇɴ̃ᴏʀ Black♛🂱

•40•

La camioneta donde viajaba Black finalmente se estacionó frente a la puerta principal de la mansión. Al bajar, lo único que deseaba encontrar, era a Jimin recibiéndolo entre sus brazos. Pero apenas cruzó el umbral, encontró absoluto silencio.

Con el ceño levemente fruncido caminó hacia las escaleras para buscar a su esposo, sin embargo no llegó debido a que la presencia de Seth y de Liam en la sala lo hicieron detenerse.

—¿Qué pasó?— preguntó al notar que su mejor amigo curaba una herida en el menor de los Swan. El muchacho aún parecía estar en shock y miraba un punto muerto en la pared con los ojos cristalizados.

—Ese hijo de perra mandó atacar la mansión— murmuró Seth entre dientes limpiando de paso una lágrima que escapó de los ojos del menor— Kook— le miró con fijeza y el enmascarado pudo notar lo brilloso en sus ojos y la preocupación en su rostro—...Se llevaron a tu hijo.

Apenas terminó de decir aquellas palabras, el corazón de Black comenzó a golpear fuertemente su pecho, y luego de eso, ya no escuchó nada más. Se dió la vuelta dejando a Seth hablando solo y corrió por las escaleras sólo para buscar a su pequeño y decirle a Seth que todo era una mentira, pero apenas llegó a la habitación de su hijo, encontró vacío y un silencio abrumador que incluso lo hizo sentir mareado.

Negando con la cabeza corrió esta vez hacia su propia recámara con la esperanza de encontrarlo allí en brazos de Jimin, sin embargo cuando abrió la puerta, la pequeña Haerin corrió hacia él y llorando extendió sus brazos para que la cargará, cosa que no tardó en hacer, apretándola contra su cuerpo mientras que lágrimas también iniciaban un recorrido por sus mejillas. Yuan no estaba.

Totalmente destrozado, bajó de nuevo las escaleras y sin dudarlo, tomó la máscara y la quitó de su rostro, importándole poco quién lo viera. Ya estaba harto.

—¿Dónde está Jimin?— preguntó a Seth, quien lo miraba sorprendido, pero también había comprensión en su expresión.

—Él...salió a buscarlo junto con otros hombres— suspiró— Dijo que solamente iría por los alrededores para ver si encontraba algo, pero...

Las palabras de Seth se vieron interrumpidas cuando la puerta se cerró y captó la atención de todos los presentes, que pronto pudieron ver acercarse a un Jimin totalmente derrotado, con los ojos hinchados y rojos de tanto llorar, así como también un cuerpo tembloroso y mejillas húmedas. Su mirada estaba totalmente apagada, como si la luz en ellos hubiera sido extraída dejando dos agujeros negros.

—J-Jungkook— lo llamó al notar su presencia y las lágrimas nuevamente se acumularon en sus ojos mientras se acercaba cojeando levemente hasta su esposo. A esas alturas realmente ya no les importaba ocultar la identidad del enmascarado, su mente no daba para tanto.

—Jimin— dejó a la pequeña en el sillón para poder recibir completamente a su esposo entre sus brazos. Lo abrazó fuerte y ambos dejaron escapar algunas lágrimas en silencio al sólo imaginar los cientos de finales que podría tener esa situación.

—Lamento no haber hecho nada... ¡Se lo llevaron por mi culpa!— sollozó aferrándose más al cuerpo del mayor— ¡Fue mi culpa!

—No fue tu culpa— trató de calmarlo dando suaves caricias en su espalda y besos en su frente. Intentando calmar su propio llanto al mismo tiempo—. Debí suponer que ese tipo haría algo como esto... Fue una estupidez haber ido.

—¿Y ahora qué vamos a hacer? ¿Qué tal si lo lástima o algo peor? — ocultó su rostro en el pecho del mayor y negó con su cabeza— N-No podemos dejar que lastime a nuestro bebé.

—Lo sé— limpió sus lágrimas y volvió a su expresión gélida y dura, ocultando perfectamente el dolor— Lo vamos a encontrar Jimin, no me importa lo que tenga que hacer, lo vamos a encontrar.