🂡♕Sᴇɴ̃ᴏʀ Black♛🂱

•24•

Era una tarde soleada aquel día de primavera, cuando el pequeño Jérome de  de tan solo nueve años volvía a su casa luego de salir más temprano de la escuela. Su madre había fallecido cuando él tenía cinco años, así que su padre se quedó a cargo de él.

—¡Papi ya llegué!— gritó el pequeño dejando su mochila en el suelo; sin embargo detuvo su andar cuando vió manchas de sangre decorando los mosaicos blancos del suelo— ¿Papi?

Caminó sigilosamente y se dió cuenta de que la puerta del sótano estaba abierta. A decir verdad, le daba mucho miedo ese lugar, pero apesar de eso se acercó y se asomó solo para encontrar a su progenitor con la ropa completamente ensangrentada, deshaciéndose de un cuerpo.

—¡Papá!— gritó horrorizado captando la atención del mayor que inmediatamente subió corriendo las escaleras y le sujetó con una expresión de sorpresa.

—Hijo— lo empujó al notar que los ojos del menor no se apartaban del cuerpo inerte en el sótano— Hijo... Escúchame... Escúchame por favor.

—Papá— sollozó con lágrimas escurriendo de sus mejillas— Papá ¿Qué hiciste?

El hombre suspiró un poco nervioso y tomó al pequeño entre sus brazos para llevarlo hasta la cocina, en donde lo sentó sobre una silla y le sirvió un vaso de leche para calmarlo.

—Hijo... Papá tiene que hacer eso ¿Entiendes?

—¿P-Por qué?

—Porque es mi trabajo, y si no lo hago bien, hombres muy malos van a hacernos daño... Me matarían a mi y no quieres eso ¿Verdad?

—¡No papi, no quiero que mueras!— chilló el niño bajando de la silla y corriendo hacia el hombre que lo recibió con una sonrisa en los labios.

—Entonces debes prometer que no le dirás de ésto a nadie... ¿Lo prometes?

—Si... L-Lo prometo.

Y aquella fue la primera vez que aquel futuro asesino vió una gran cantidad de sangre rodeando a un hombre muerto.

—Señor Black.

El enmascarado abrió los ojos de golpe y volvió a guardar aquellos recuerdos de su infancia en lo más profundo de su mente.

—¿Qué ocurre?

—Ya llegamos señor.

Su mirada se posó en la mansión y por fin una sonrisa se instaló en sus labios. Luego de unos días en los que estuvo encargándose de diversos asuntos en Nueva York, finalmente estaba en su hogar y vería a su familia.

—¡Oh Dios mío!— exclamó Liam mirando con asombro aquel precioso lugar— ¿Aquí vive señor? ¿Mi hermano está ahí?

—Si— frunció el ceño con molestia y empujó al muchacho que prácticamente lo había aplastado contra la puerta del vehículo para alcanzar a ver mejor— Ahora bajen y esperen afuera.

El encapuchado salió de la camioneta y cuando cruzó la puerta principal, dos pequeños niños se encontraban en el último escalón esperándolo con ansias.

—¡Papá!— Yuan corrió hacia él y la pequeña niña se quedó atrás solamente mirando mientras succionaba su dedo pulgar.

Jungkook recibió al pequeño entre sus brazos y lo levantó contento escuchándolo reír.

—¿Cómo te portaste bebé?

—Muy bien papá— sonrió orgulloso— Mi papi Jimin nos dijo que llegarías pronto y por eso quisimos esperarte.