🂡♕Sᴇɴ̃ᴏʀ Black♛🂱

•29•

En la mansión, Seth se mantenía junto a un muchacho de cabellos rosas metálicos que se encontraba recostado en la cama mientras que él le curaba la herida.

—No sé cómo se enteraron— murmuró Matthew sin abrir los ojos.— Ni siquiera me recibieron Seth, ellos ya sabían que toda la información que nos piden, nosotros se la damos a Kook también.

—Debió ser alguien cercano, porque al menos que yo sepa, no hay nadie además de él y Jimin que tenga idea de dónde vivimos. No pudieron seguirnos y aquí siempre llegamos en auto, no es posible que alguien nos viera entrar.

—¿Y qué hay de ese tal Haru? ¿No salías con él hace poco?— inquirió.

—Él sería incapaz de dar esa información— frunció el ceño y negó.— Haru no haría algo así.

—¿Apostarías por eso?

—Con los ojos cerrados.— afirmó seguro.

—¿Entonces? ¿Quién crees que fue?

—No lo sé, debo hacer algunas investigaciones.

—¿Y qué pasa si no averiguamos nada?

—Somos los mejores para obtener información— dijo seguro— Me voy a encargar de descubrir quién fue el que habló y porqué.

—Pero por ahora todo nuestro secreto seguro se fue a la mierda. Esos hombres ya deben haber propagado la información y si es así... Bueno hermano, estamos jodidos.

—Te aseguro que Kook no nos va a dejar solos, quizá ya no podremos trabajar como antes, pero al menos estaremos seguros.

—Eso espero hermano, eso espero en verdad.

Mientras tanto, Jungkook junto con Jimin y sus hijos, acababan de llegar a la casa con un par de bolsas en las manos, las cuales contenían las compras del supermercado.

—¿Quieren algo?— preguntó el azabache al ver a los chiquillos asomados en la cocina.

—¡Si, si!— gritaron al unísono— ¡Galletas! — gritó esta vez Yuan con una amplia sonrisa adornando sus labios.

—Tienen que alimentarse de algo saludable— intervino Jimin acomodando algunas cosas en la alacena—. Primero vamos a comer, después podrán tener todas las galletas que quieran.

—¡¿Y palomitas también?!— chilló Yuan aplaudiendo— ¿Papi podemos ver una película todos juntos?

—Claro que si pequeño— sonrió Jungkook acariciando la cabellera azabache del menor— Veremos todas las que ustedes quieran, pero ya escucharon a Jimin, primero hay que comer.

Y sin renegar, los dos chiquillos subieron corriendo las escaleras para llegar al baño a lavar sus manos.

...

La noche finalmente había llegado y ninguno de los dos adultos supo en qué momento habían terminado viendo la serie infantil Pocoyo mientras que los niños ya se encontraban perdidos en el mundo de Morfeo.

—Oye, ¿Cuál era el nombre del elefante?

—No me acuerdo— respondió Jimin bostezando y acurrucándose más sobre el pecho de su esposo— Creo que deberíamos llevar a los niños a la cama y también ir a descansar nosotros.

—Si, creo que es lo mejor— respondió cogiendo el control del televisor para apagarlo y estirarse un poco ya que su cuerpo estaba un poco entumecido.

Jimin cargó a la pequeña Haerin en sus brazos mientras que Jungkook tomaba a Yuan en los suyos para así poder subir las escaleras hasta llegar a un bonito cuarto en la planta alta que poseía un color crema y que tenía una gran cantidad de juguetes y juegos de mesa en los muebles color azul cielo.