Jimin sintió que su cuerpo se congelaba en ese lugar donde sus piernas dejaron de moverse. Sus ojos quedaron fijos en ese hombre de traje blanco que le observaba descaradamente de pies a cabeza. Un hombre al que conocía perfectamente, un hombre al que jamás podría olvidar, un hombre que visitaba el club con frecuencia y que en más de una ocasión lo obligó a tener relaciones con él.
Sus ojos se volvieron cristalinos y sintió pánico de ver a ese sujeto que muchas veces lo lastimó y le hizo daño, ese tipo que lo humilló con palabras y acciones así como también lo maltrato terriblemente. Un maldito monstruo.
Pronto los recuerdos le azotaron con crueldad y se sintió tan débil como al principio. Era como si el dolor llegara nuevamente a su piel abriendo las heridas que lentamente habían sanado con el pasar de los años y que creyó no se abrirían nunca más; pero había equivocado. Su corazón latió más rápido y su cuerpo tembló notoriamente ante la presencia de aquel sujeto desagradable.
«—P-Por favor señor... ¡Me está lastimando!
—¡Cállate!— resonó una bofetada— ¡Anda muévete! ¡Para eso pagué!
—¡Por favor no! ¡Ya basta!»
La primer lágrima se deslizó por su mejilla ante el recuerdo de la primera vez que alguien lo tomó por la fuerza, cuando era únicamente un chico inexperto que fue abandonado por su familia y engañado por un hombre de mal corazón.
—Vaya, veo que fuiste inteligente y te convertiste en la zorra personal de un importante hombre como el Señor Black—dijo con burla acercándose y empezando a caminar al rededor de él— Pero aún puedo pagar por tus servicios ¿No?
El rubio lo miró sin moverse y pudo apreciar aquel diente de oro que sobresalía de los demás en aquella sonrisa que tanto odiaba, aquella sonrisa repugnante que había olvidado y que no deseaba ver jamás.
—Y-Yo...Y-Yo soy el cisne— dijo intentando que su voz no temblara, aunque fue completamente un fracaso. Su cuerpo comenzó a temblar aún con más violencia, quería llorar fuertemente. Tenía miedo, se sentía débil y frágil, como si el cisne hubiera dormido repentinamente quitándole todo su valor.
—Eres un prostituto— escupió con veneno haciendo una mueca de asco—...Y siempre vas a serlo.
Sacó un fajo de billetes y se lo lanzó haciéndolo sentir nuevamente humillado y diminuto.
—Anda recogelos— ordenó sintiéndose superior, sujetándolo de la nuca, obligándolo a bajar la cabeza— ¡¿No oyes?!... ¡Levantalo!... Solo para eso sirves escoria, para obedecer y satisfacer.
Jimin se bloqueó por un momento y volvió a aquella época en la que debía seguir las ordenes al pie de la letra si no quería que lo golpearan. Lágrimas escurrían por sus mejillas y cegado por los recuerdos estuvo a punto de agacharse para recoger el dinero; sin embargo el sonido de un disparo lo trajo de vuelta a la realidad.
Parpadeó rápidamente y miró hacia las escaleras encontrándose con su esposo apuntando con un arma en su dirección. Giró el rostro y vió al hombre desplomarse con un gesto de dolor mientras que de su hombro derecho comenzaba a formarse una enorme mancha de sangre que ensució su traje blanco.
—¡¿Qué carajos le pasa?!— gritó ya en el suelo sujetando la herida, pero los penetrantes ojos de Black lo hicieron callar inmediatamente.
—No permitiré que nadie trate de esa manera a mi esposo. Mucho menos una insignificante basura como tú.
—¿E-Esposo?— preguntó empezando a palidecer.
—Espero que te pudras en el infierno maldito imbécil.
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🂡♕Sᴇɴ̃ᴏʀ Black♛🂱
Acción-Si realmente quieres destruir a Black, entonces primero debes destruir al cisne. -¿Al cisne? -Hasta ahora, nadie sabe su nombre, nadie sabe de dónde salió y porqué el Señor Black le protege tanto... Lo que si se sabe, es que ese muchacho es su mayo...