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El sol iluminó la mañana siguiente, filtrándose por una pequeña abertura entre las cortinas de la habitación. Eran casi las diez y el Señor Black se despertó por la incomodidad de la posición en que se encontraba. Cuando quiso moverse, se percató de que no estaba solo, y su brazo estaba siendo aprisionado por algo... O por alguien.

Al darse cuenta de ello, sus ojos se abrieron de par en par al obtener los recuerdos de esa noche, en donde luego de aquel beso, acompañó a Jimin a la cama y permaneció a su lado hasta que el muchacho se quedó dormido, y para mala suerte de su cuerpo, él también se quedó dormido en esa posición tan incómoda y con la máscara sobre su rostro.

—Lindo Cisne— le llamó suavemente moviéndolo con delicadeza, pues una parte del cuerpo más pequeño estaba aprisionando su brazo contra el colchón, provocando un dolor un tanto punzante—Jimin.

Pero el menor seguía perdido en los dominios de Morfeo sin la intención de abandonarlos pronto.

Jungkook sonrió suavemente y con lentitud acercó su mano hasta poder acariciar con ternura los suaves y finos cabellos castaños que poseía el menor. En ese momento se tomó el tiempo de observarlo con más detenimiento: su rostro era en verdad muy hermoso. Sus largas pestañas cubrían sus lindos ojos grandes y redondos, esos ojos azules tan expresivos que le hipnotizaron desde el primer momento. Sus labios eran pequeños y delgados, pero tenían una forma perfectamente bien definida, además su nariz respingada terminaba de darle la belleza a su cara. Sin dudas, Jimin Swan era perfecto en toda la extensión de la palabra.

Y tal vez estaba demasiado loco por sentir más que aprecio hacia el muchacho, pero estaba seguro de que sus acciones iban más allá del egoísmo o el interés por obtener algo a cambio. Él siempre había pensado que el amor no debía ser nunca un acto de manipulación ni de posesividad. No era una marca de propiedad sobre el otro, sino todo lo contrario. Él creía que el amor debía ser puro y sincero, porque estar enamorado no se trataba de cuantas veces le dices a alguien que lo amas, sino de cuantas veces se lo demuestras. Y eso era justamente lo que haría, demostrar que sus intenciones eran buenas y reales, porque era consciente de que una relación no necesitaba de promesas, de términos o condiciones, sólo necesitaba a dos personas dispuestas a quererse por encima de todo.

Blacky— murmuró un somnoliento y aún adormilado Jimin, al parecer hablando sin querer, sacando a JungKook de la red de pensamientos que se habían formado en su cabeza.

Y apesar de que a cualquier otro lo habría asesinado por llamarlo de esa manera, que proviniera de Jimin le causó ternura e incluso se podría decir que le gustó. 

—Buen día, pequeño cisne.

Acarició sus labios con parsimonia, observando como lentamente una sonrisa se formaba. Tan radiante, tan encantadora, tan deslumbrante.

—¿Dormiste aquí?— preguntó con voz ronca y uno de sus ojos aún permanecía cerrado. Al parecer ni siquiera se dió cuenta de lo que había dicho momentos atrás.

—Si— detuvo las caricias y le miró fijamente— ¿Te molesta?

—No— se acurrucó más contra el fornido cuerpo a su lado y pudo percibir aún el aroma de la crema corporal— Hueles a perfume.

—Y tú, pequeño— le picó la nariz de manera juguetona y con burla continuó—, hueles a que no te bañaste anoche.

Jimin soltó una risita tímida y apretó entre sus puños la camisa de pijama que llevaba puesta el mayor.

—En cuanto me levante lo haré, lo juro... Estaba muy cansado.

—Solo bromeaba— rió también y lo estrechó contra su cuerpo.

🂡♕Sᴇɴ̃ᴏʀ Black♛🂱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora