🂡♕Sᴇɴ̃ᴏʀ Black♛🂱

•11•

El trayecto en el vehículo había sido bastante silencioso y tranquilo desde que salieron de la mansión aquella mañana. Habían decidido no alargar más la situación y enfrentarla de una vez por todas.

Jungkook se mantuvo mirando hacia el exterior completamente nervioso mientras que Jimin lo observaba expectante, aunque parecía que no tenía intenciones de voltear a verlo.

La incertidumbre lo consumía desde adentro y se imaginó miles de cosas horribles que el azabache pudo haberle ocultado; sin embargo al llegar a una casa con fachada de color blanco luego de bastante tiempo, pensó que quizá tenía una familia que mantenía oculta lejos de él, y si aquello era verdad, Jimin no estaba dispuesto a seguir con su relación, no le parecía justo.

—Espera aquí— le pidió mientras él y Taylor caminaban hacia la puerta de la casa. Sin necesidad de llamar, Jungkook sacó una llave y abrió en completo silencio, pero ninguno de los dos esperaba que una bala saliera disparada justo en su dirección y que por suerte impactara en la pared en lugar de sus cabezas— ¡Mierda Haru!

El hombre pelirrojo salió de su escondite y se sorprendió de ver al Señor Black parado justo en la entrada.

—Y-Yo... ¡Lo lamento señor! ¡Creí que alguien nos había encontrado!

—¿Hmm? Se supone que nadie lo sabe.

—Pero en éste negocio no se puede confiar del todo señor.

—Si, si, lo sé— respondió moviendo sus manos en el aire, restándole importancia al asunto.— Como sea... Vine por él.

Haruki asintió rápidamente y guardó su arma, que ahora sabía, no era necesaria.

—Vamos Jimin— por fin lo llamó invitándolo a pasar.

El menor caminó al interior de la casa y pudo darse cuenta inmediatamente que allí dentro todo se veía muy lúgubre. Las paredes eran de un color grisáceo, apagadas, sin algo de luz que pudiera iluminar un poco el sombrío lugar. Tampoco podía decir que estaba en mal estado, de hecho se encontraba en perfecto orden, pero no había ningún indicador de que ahí existiera una familia o algo parecido.

—¿A qué venimos aquí?— finalmente cuestionó siendo llevando por el mayor escaleras arriba.

—Ya lo verás— se dió vuelta y miró a los dos hombres detrás suyo— Esperenos aquí.

Conforme subían los escalones, Jimin sentía como si su pecho se oprimiera y su cuerpo comenzara a temblar debido a la ansiedad. Al llegar al último escalón, un pasillo bastante extenso les dió la bienvenida y no tardaron en caminar sobre él hasta que por fin se detuvieron frente a una puerta de color café oscuro.

—Jimin— le sujetó la mano, logrando que el castaño le mirara con preocupación— Si luego de ésto quieres marcharte, no voy a retenerte.

—P-Pero ayer tú dijiste...

—Sé lo que te dije— le interrumpió quitándose la máscara del rostro— Pero el día en que te conocí, te prometí que jamás te obligaría a nada y deseo cumplir mi promesa.

—Estás asustándome... ¿Qué hay dentro?

El mayor suspiró profundamente antes de girar la perilla y empujar la puerta.

El castaño caminó unos pasos y su cuerpo se congeló ante lo que sus ojos vieron. Juguetes, ropa pequeña, peluches... Y una cuna con un niño muy pequeño de tez pálida y cabellos negros sosteniendo un biberón.

—¿Q-Quién es él?

El enmascarado caminó hasta llegar al bebé y éste inmediatamente le extendió sus pequeños y delgados brazos mientras repetía una y otra vez la palabra "papá".