La luz de la biblioteca se apagó finalmente y Jimin revisó la hora en su reloj: siete cuarenta y cinco. Miró al rededor de la banca en donde se encontraba sentado esperando y no logró ver absolutamente nada, todo estaba desértico.
No sabía si era la oscuridad del parque la que no le permitía ver claramente o aquella persona que lo citó aún no llegaba. El aire era demasiado frío, o quizá solamente era la incertidumbre la que provocaba aquella sensación en su cuerpo.
Un suspiro abandonó su boca y observó el pasto seco que se encontraba bajo sus zapatos. Durante todo el día estuvo pensando en ese encuentro y estaba seguro de que nada podía salir mal, él era un experto para defenderse y atacar, pero apesar de eso se sentía inquieto porque a decir verdad, no sabía nada de aquella persona, por su mente pasaron muchos enemigos de Black, pero ninguno parecía adaptarse a quien lo citó ahí.
De pronto sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz bastante ronca que provenía de atrás de él.
—Jimin Swan.— algo frío fue colocado contra su nuca y lo hizo estremecerse.
—¿Quién eres?— preguntó frunciendo el ceño y moviéndose lentamente hacia adelante.
—Más te vale que no intentes nada.— presionó más el objeto contra la nuca de Jimin al notar que éste se movía.— Levántate despacio y date la vuelta.
El rubio siguió las órdenes de aquel hombre parándose muy lentamente y girando tal como lo pidió. La brisa chocó contra su rostro y despeinó un poco su cabello cuando finalmente quedaron frente a frente. En ese momento los ojos de Jimin se abrieron más de lo normal al notar que tenía un cierto parecido con alguien que ya había visto antes. Una gorra blanca cubría su cabeza de cabellos grisáceos y una enorme sudadera negra lo abrigaba del frío de aquella noche. Era un hombre que pasaba de los cuarenta años, de eso estaba seguro.
—¿Qué es lo que quiere?
—¡No hables! — exclamó nervioso mirando hacia todas partes. Como si la valentía fuera solamente una fachada y en realidad temiera por su vida.
—Está bien— contestó alzando las manos en señal de rendición— Haré lo que pide... Solo espero que sea consciente de que el Señor Black lo destrozara si no se detiene ahora.
—¿El Señor Black? ¡Ja! Ese tipo es solamente un fanfarrón y un cretino.
—Diga lo que quiera, pero después lo va a lamentar— sonrió de lado creando un ambiente mucho más tenso.
—¡Cállate! ¡Cállate! — el hombre le apuntó con su arma, pero Jimin pudo darse cuenta de que sus manos estaban temblando.
—Bien, bien... Tranquilo, ya no diré nada.
—¡Maldición! ¡Cállate y camina!— ordenó entre gritos.
El rubio comenzó a caminar tranquilamente con una expresión seria mientras cruzaban el parque con el viento soplando, haciendo que los columpios rechinaran con el movimiento, creando una atmósfera intranquila y atemorizante, hasta que se detuvieron frente a una camioneta de color azul marino bastante dañada y vieja, con la cual comprobó que el sujeto no pertenecía a ningún grupo criminal de lo que conocía.
—¿A dónde va a llevarme?— preguntó con tanta calma que incluso logró poner más nervioso al hombre, quien se estaba preguntando porqué el menor no hacía nada para escaparse.
—Eso no te incumbe— respondió mientras abría la puerta del copiloto sin dejar de apuntarle con el arma—. Sube.
Jimin obedeció y subió a la camioneta sintiendo una pizca de nervios apoderarse de su cuerpo aunque por fuera se mostraba tan seguro como siempre.
ESTÁS LEYENDO
🂡♕Sᴇɴ̃ᴏʀ Black♛🂱
Action-Si realmente quieres destruir a Black, entonces primero debes destruir al cisne. -¿Al cisne? -Hasta ahora, nadie sabe su nombre, nadie sabe de dónde salió y porqué el Señor Black le protege tanto... Lo que si se sabe, es que ese muchacho es su mayo...