Apenas el sol había iluminado con su luz, el Señor Black fue a levantar a Jimin, quien renegando se puso de pie y luego de alistarse, salió de la mansión recibiendo la fría brisa de la mañana chocar contra su cuerpo.
—¿Estás listo?
El castaño asintió mientras ambos caminaban a un cuarto que se hallaba alejado en el jardín. El cuarto en donde el Señor Black hacía sus entrenamientos.
Al abrir la puerta, Jimin abrió los ojos con sorpresa, pues parecía un gimnasio. Había aparatos de ejercicio y un espacio completamente vacío al final del cuarto.
—Primero debes fortalecer tu cuerpo, así que iniciaremos con cosas básicas. Debes irte acostumbrado y subiendo el nivel lentamente. Empezaremos con el calentamiento.
El menor asintió pensando que quizá no sería en realidad tan malo... Eso hasta que todo inició.
Durante dos semanas, la rutina fue la misma. Jungkook decía que su cuerpo tenía que irse acostumbrado, y conforme transcurría el tiempo las cosas fueron aumentando su dificultad.
—¡Vamos Jimin!— le gritó caminando de un lugar a otro mientras que el muchacho ponía todo su esfuerzo en levantar las pesas que para ser honesto, jamás imaginó utilizaría.
Su rostro estaba tan rojo que parecía pronto iba a estallar, estaba cansado luego de hacer toda su rutina más aparte el levantamiento de las pesas. Ya no quería seguir. Estaba demasiado exhausto. Pero entonces recordó sus palabras aquel día en que Jungkook le habló sobre el entrenamiento... Él prometió no darse por vencido; sin embargo la desesperación empezó a apoderarse lentamente de su cuerpo y las lágrimas comenzaron un recorrido hasta el suelo.
—¡No puedo!— chilló cerrando los ojos y con sus brazos temblorosos intentó colocar las pesas en el soporte que, gracias a la posición en la que se hallaba, yacía sobre su cabeza.
—¡Si puedes Jimin!— Jungkook lo detuvo antes de que intentara colocar las pesas en su lugar— No te dejaré ir hasta que lo logres— sentenció con una voz bastante gélida, pero por dentro quería abrazar al muchacho que parecía estar sufriendo.
Jimin lloró mientras cargaba aquel peso sobre sus manos y brazos. Lloró cada vez que Jungkook le gritaba. Lloró cuando era regañado. Lloró cuando los hombres de Black se burlaban de él. Lloró cuando Taylor le recomendó no seguir porque era débil. Lloró al sentirse inútil... Pero lloró aún más cuando por fin logró cargar las malditas pesas sin dificultad, cuando Jungkook le felicitó y los hombres a sus espaldas no hicieron más burlas sobre lo débil que era.
Y Black estaba completamente orgulloso de él, de verlo levantarse por sí mismo a ejercitar su cuerpo solo, cada mañana durante casi siete meses.
Había ocasiones en que Jimin salía a correr, claro, siendo cuidado por varios hombres que no le quitaban la mirada de encima, porque sabían que si algo le sucedía al muchacho, sus cabezas se verían siendo arrancadas por el Señor Black.
Durante casi un año lo único que hicieron fue entrenar, y era por eso que ahora el cuerpo de Jimin se veía mucho más fuerte que antes. Había ganado un poco de volumen, algunos músculos se habían formado pero sin quitarle ese aspecto delicado a su cuerpo que volvía completamente loco al mayor cada que lo miraba.
No había manera en que Black no pudiera sentirse atraído hacia ese encantador muchacho de cabellos castaños, pero a pesar de que el tiempo pasó y su relación se volvió más sólida, el enmascarado no lo había tocado más allá de simples caricias y algunos suaves besos en aquellos apetitosos labios.
—Has avanzado mucho— comentó Jungkook viendo al muchacho llevar alimento a su boca. Jimin asintió feliz y curvó levemente las comisuras de sus labios hacia arriba, dando una pequeña sonrisa— Creo que tu cuerpo puede resistir lo que viene.
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🂡♕Sᴇɴ̃ᴏʀ Black♛🂱
Action-Si realmente quieres destruir a Black, entonces primero debes destruir al cisne. -¿Al cisne? -Hasta ahora, nadie sabe su nombre, nadie sabe de dónde salió y porqué el Señor Black le protege tanto... Lo que si se sabe, es que ese muchacho es su mayo...