1: Se amaban, y no cabía duda

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¿Quién nunca ansió el estreno de una película romántica en verano? Un filme que desafía a la industria, posicionándose como la más esperada de la temporada para los fanáticos de la pantalla grande, y para aquellos soñadores, quienes habitan el caó...

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¿Quién nunca ansió el estreno de una película romántica en verano? Un filme que desafía a la industria, posicionándose como la más esperada de la temporada para los fanáticos de la pantalla grande, y para aquellos soñadores, quienes habitan el caótico y grisáceo mundo de los mortales mientras esperan caer por la flecha del amor.

Ella transitó cada día, y durante diecinueve años, sobre la avenida de la ilusión. Ansió el estreno de películas románticas en cada verano, hasta el año 2018. ¡Qué va! Era 2019, y todavía deseaba preparar palomitas para lanzarlas contra la pantalla cuando el protagonista hacía o decía cosas que lo dejaban como el amante del año. La diferencia entre el verano anterior, y el ya mencionado, se encontraba en que no solo estaba siendo espectadora, sino también protagonista.

Protagonista de su propia película romántica de verano.

¡Y qué gran coprotagonista le tocó!

Siempre había admirado las historias de amor con ilusión, mas no como aspiración. Siempre se había conceptualizado como una persona a quien no se podría amar en ese sentido, pues era un enredo, un embrollo, un lío. Y en secundaria también le habían dejado en claro que no era lo que ellos buscaban.

El verano pasado se halló engrandeciendo sus expectativas con respecto al hombre de sus sueños, imaginando emociones que nunca pensó llegar a sentir, ensoñando con un primer beso y un primer «te amo» de parte del alto y atlético novio imaginario con el que fantaseaba antes de dormir.

Un año después, y a veinte días de empezar oficialmente la estación de verano, se hallaba protagonizando su propia historia de amor junto al hombre que sobrepasó las expectativas que alguna vez cultivó con relación al novio de sus sueños. No era atlético ni definido, pero sí alto, y un tanto flaco.

A ella le encantaba ese torso, tenía una singular atracción hacia ese pecho masculino. Joder, necesitaba parar o empezaría a ensoñar con esa mandíbula y esos bendecidos dedos..., pero más bendecida era ella al tener el placer de sentirlos. No iba a comenzar a fantasear con esa boca, de dónde solo salían observaciones inteligentes y las más puras palabras de amor, la misma boca que también cumplía funciones exquisitas por las noches. No iba a comenzar a fantasear porque luego no había vuelta atrás.

Pero ¿cómo no desearlo en cuerpo y alma? Si cuando estaban a solas el tiempo se congelaba, ambos sentían que dejaban de existir en el plano mortal. Las sensaciones físicas, y las repercusiones que tenían emocionalmente, englobaban una experiencia sobrehumana.

Se amaban, y no cabía duda.

Ella lo sabía por la manera en la que éste la abrazaba por detrás frente a sus amigos, por cómo la miraba cuando conversaban a solas en el café. Lo sabía porque, de lunes a viernes, él atravesaba la puerta del departamento de investigación con los brazos abiertos, como si fuese libre, puntualmente a las ocho de la noche, a veces brincaba mientras se desplazaba, eso frente a la amargada Mónica, probablemente a propósito. Entonces, la llenaba de besos y le decía: «¡Soy tuyo ahora! ¿Qué vamos a cenar?».

El Novio De Emma© #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora