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Narra Natalia
Me desperté, y hay estaba ella.

Flashback
La noche continuaba como otra cualquiera hasta que vi como me miraba Julia.

-Oye tu-dije intentando llamar la atención

-Dime morena-me dijo con ganas de jugar

-¿Morena?-Alce mis cejas, sonriendo, pues ya sabía cómo acabaría aquello

De un momento a otro estábamos entrando en mi casa, mientras nos besabamos apasionadamente. Cuanto tiempo había esperado esto

Solté todo lo que llevaba encima en el sofá, cuando un sonido me hizo dejar lo que estaba haciendo y centrandome en lo que estaba ocurriendo.

-Ts-carraspeo Julia para llamar mi atención

Levante la cabeza y vi como Julia se desacia de su vestido, dejando ver todo lo que escondía bajo esa tela, quedando sólo en ropa interior de encaje.

Se me salieron los ojos, me la quería comer, quería que esa noche fuese mía.

Ande rapido hasta colocarme en frente suya y besarla como si se me fuera la vida en ello. La empuje hasta dentro de mi habitación y la tumbe en mi cama. Mientras ella estaba tumbada con los ojos clavados en mi, yo me desnudaba lentamente para ella.

Se mordió el labio.

Fue lo peor que pudo hacer.

Me lancé sobre ella, y recorri cada espacio de su cuerpo. Y lo hice

Me la folle hasta saciarme.

Hasta olvidar mi nombre.

Fin del flashback

Me levanté de la cama sin hacer ruido para no despertarla, me dirigí al salón y preparé el desayuno.

Oí un ruido y me asuste. Era ella que se había despertado. Traia unos pelos de loca como si hubiera estado toda la noche...

-Buenos días morena-dijo con una sonrisa

-Buenos dias-dije dándole un beso en la frente

La verdad que sentia algo muy extraño por ella. No era amor, pues nose lo que es eso, no me gustaba tampoco, sólo era atracción. Pero había algo mas que eso, algo que me hacía verla como una persona increíble. No se cual es el motivo, pero siento la necesidad de protegerla.

La mañana continuó y ella se marchó a su casa, y yo sin embargo me puse a limpiar la mía.

Estaba a punto de acabar cuando sonó mi teléfono. Era un mensaje de mi madre.

Eso no podía estar ocurriendo

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-No puedes hacer eso joder!-dije con toda mi furia

-Claro que puedo hacerlo soy su madre y hasta que sea mayor de edad esta bajo mi autoridad-dijo seria

-¿Te crees que así tu mierda de vida se va a arreglar?-dije con los puños cerrados

-No en peores más las cosas-concluyó y me echo de casa

Empecé a aporrear la puerta, tanto que casi la echo abajo

-Déjame despedirme por lo menos-dije entre sollozos

No obtuve ninguna respuesta.

Caí al suelo débilmente, todas mis fuerzas las había perdido.

Mi madre por llamarla de alguna manera quiere meter a mi hermana Helena en un internado. Sólo tiene 14 años joder.

La relación con mi madre nunca ha sido buena, no recuerdo ningún momento feliz de mi vida donde aparezca ella. Sólo recuerdo aquel infierno. Yo nunca fui una hija maltratada por sus padres como algunos casos. Fui una niña incomprendida, desatendida, aislada. La indiferencia de mi madre me mataba por dentro, le daba igual si lloraba o si suspendía, si me echaba novio o si me mataba con la moto.

Mi padre la abandonó cuando empezó a comportarse de esa manera, dejándonos también a Helena y a mi solas. Aunque el por lo menos tiene una empresa y se ha convertido en alguien en la vida. De vez en cuando nos manda dinero, pero no quiere tener ningún contacto con nosotras, por lo que nunca hay remitente en los sobres.

La vida era injusta. Pero conseguí salir adelante.

Pero este palo que me acaba de dar la vida, me ha dejado noqueada y hundida.

La relación con mi hermana siempre a sido increible, es como una copia mia pero con 5 años menos que yo. Siempre ha querido seguir mis pasos y yo siempre he estado hay para ayudarla, hasta que me mudé a Madrid.

Desde entonces mi madre le prohibía verme, pero aún así siempre encontrábamos la manera de vernos, sin esa bruja de por medio. Pero en un internado todo era más complicado.

Daría lo que sea por llevarmela conmigo a Madrid.

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Narra Alba
Mi día no fue nada del otro mundo, que si series, un rato pintando y un par de cervezas.

Eran las 7 y Marta me había pedido que la acompañará a comprar un regalo para su madre y como no tenía nada mejor que hacer, la acompañe.

Estábamos por el centro de Madrid, habían tiendas increíbles, pero había una que resaltaba sobre cualquier otra. Decidimos entrar a esa, pero justo en la puerta recibí una llamada.

-Marta entra tu, respondo y entro-dije nerviosa

-Si si, tranquila-me dijo con una sonrisa despreocupada mientras se perdía en la tienda

Conversación telefoníca
-¿Natalia?- dije asombrada

-Hola rubia, me preguntaba si estabas por Madrid y te apetecía quedar-dijo con un pequeño hilo de voz

-Eh si claro, estoy acompañando a Marta a comprar unas cosas, ¿Nat, estas bien?- dije preocupada por su tono de voz

-Claro nena, a las 8 te recojo en el Retiro-dijo falsamente aunque me crei sus palabras

-Vale morena

Y colgó

La verdad esque me alegraba tanto que Natalia me llamase, que no me pude contener y me puse a dar saltos de alegría.

Entre junto a Marta y compramos todos los regalos. Cuando acabamos, mire el reloj y marcaban las 19:45

-Oye Marta me sabe muy mal pero he quedado con Natalia a las 8 en el Retiro, ¿no te importa, no?-dije expectante

-Claro que no, por dio-dijo con su acento tan gracioso- además, a ver si hoy tienes suerte

-Muchas gracias Marta, ya te contare-dije con una sonrisa

Sin mas preámbulos me dirigí al Retiro, ya era la hora a si que me senté a esperar a Natalia

She knows she's toxic| AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora