XXXVI

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Narra Alba
Nada podía ir mejor, llevábamos tres días en los que no habíamos parado en ningún momento. Salíamos por Madrid las tres para enseñarselo a Helena, la llevamos al Instituto donde estudiaría y arreglamos todo.

Pero tocaba volver un poco a la realidad, a mi casa ya que no había salido de casa de Natalia desde hace mucho y Marta seguro que me echaba de menos.

-Pero bueno mira a quien tenemos aqui-decia Marta haciéndose la enfadada

-Perdón por desaparecer, pero mi vida ha sido una montaña rusa en este tiempo-dije disculpandome

-Tengo todo el tiempo del mundo-dijo esperando a que le contará

Y así fue pasamos la tarde en el sofá como dos marujas poniéndonos al día de todo, absolutamente todo. Me enteré de muchas cosas que había ocurrido en el grupo y me hizo mucha gracia. Ella también se quedó sorprendida con todo lo que le conté y le pareció muy bonito el gesto que tuve con Natalia.

-Y tia por que no salimos está noche todos-propuso Marta

-Hombre por mi bien, lo decimos y haber quien se apunta.

Y así fue hablamos por el grupo de whatsapp y la mayoría aceptaron. También lo hizo Natalia que aprovechó para llevar con ella a su hermana y presentársela a todos.

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Ya era la hora por lo que ya estábamos todos en el bar, sólo faltaba Natalia por llegar.

Algunos, más bien dicho algunas estaban ya pasaditas de copas. La mari sin duda se llevaba todas las papeletas, esa mujer era un pozo sin fondo.

-¿Ya estáis bien?- me pregunto la Mari

-Realmente nunca hemos estado mal-dije poco convencida realmente

-Es que me llamo para salir cuando tu no estabas, y ya sabes Natalia no es así de normal, asi que supuse que pasaba algo pero como esa tia es una tumba no soltó nada-dijo María que se notaba que iba borracha

-Tonterias creeme, ya todo está en orden-dije sonriendo

-Muy bien si no te cuelgo de los pezones al lado de mis tangas- dijo seria pero de broma

-Alaaaa!-dijeron Marta y Julia a la vez, ya que lo habían escuchado

Yo sinceramente no pude evitar concentrar mis cinco sentido en la persona que acababa de entrar por la puerta, era una diosa y volvía loco a cualquiera de su alrededor.

Pero esa morena era mía, que miren, que hablen, pero esa boca sólo besa mis labios.

Saludo en general y presentó a su hermana, la cual cayó bien a todo el mundo ya que era una copia de Natalia, hacia las mismas bromas, hablaba igual y hasta ponía sus mismas caras.

La noche avanzaba y Natalia no me había echo mucho caso, pero también lo veía normal, ya que estaba con su hermana y hacia mucho tiempo que no veía a los demás, pero necesitaba sentirla.

Me fui hacia la barra y me pedí una copa cuando unas manos me rodearon la cintura y me besaron el cuello.

-Mmm-logre decir

Me gire entre sus brazos y vi a una morena sonriente.

-Lo siento pero con todo este lio no he podido acercarme-dijo mientras besaba mis labios con ternura

-Tranquila, tenemos todo el tiempo del mundo-dije sonriendo mientras volvia a unir nuestros labios.

-Rubia! Tu copa-dijo el camarero sonriendo

She knows she's toxic| AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora