Capitulo 21

1K 83 16
                                    

Martina: La dueña? Y porque Le dicen así?

Vendedor: porque es la dueña de prácticamente todo el pueblo, la mujer más rica de la región, cuando llegó a San Pedro de las Peñas se hizo famosa en todas partes, es una mujer  justa y de mucho carácter.

Martina: el que tenga dinero no la hace mejor persona.

Vendedor: pues ella lo es, porque desde entonces se ha preocupado por el bienestar de todos, hasta construyó una escuelita para que los hijos de sus trabajadores mejoraran en sus estudios.

Martina: eso no lo creo, se ve que es soberbia y altanera.

Vendedor: Es una buena mujer.

Martina: pues me cayó gorda, espero no volver a verla!, Necesito que me venda unas plantas.

Cuando Valentina regresó con José Miguel y sus hijos su rabia ya se había disipado, al menos el problema del fertilizante ya estaba resuelto.

José Miguel: como te fue?

Valentina: bien, en media hora estarán arreglando todo.

José Miguel le pasó una botella de agua a su esposa.

José Miguel: entonces vamos a caminar un poco por el pueblo.

Cecilia Benita: si mamita, vamos.

Valentina: no quiero que descarguen el fertilizante en mi ausencia.

José Federico: pero tú y papi son los jefes.

Valentina: si mi amor, pero quiero confirmar que realmente todo esté en orden.

La expresión de los niños ante la negativa de su madre por pasear un poco no tardó y ante eso José miguel pensó en algo.

José miguel: Ya sé, que les parece si vamos a la hacienda, y cuando su mamá vea que el asunto este resuelto, nos vamos los 4 al ojo de agua a nadar.

Valentina: No te parece que es un poco tarde?

José Miguel: no! Además estaríamos solo unos minutos, ándale bonita, nuestros hijos se han portado bien, lo merecen.

Valentina lo pensó un segundo y ante la insistencia de los 3 no pudo negarse...

Valentina: está bien! Pero cuando regresemos se van a dormir temprano, sin protestar.

Martina llegó a su casa, no era una mujer de dinero, pero al menos ganaba para vivir dignamente, no podía dejar de pensar en José Miguel, se enamoró de él desde el momento en que lo conoció pero para entonces él estaba en el seminario;y su amor era un imposible; habían compartido muchas experiencias juntos pero perdieron comunicación cuando ella fue a trabajar a un ciudad muy lejos de la capital, vivía con su mejor amiga Analia que recién había llegado con ella al pueblo en busca de mejores oportunidades, era veterinaria y el campo y los caballos eran su debilidad.

Analia: porque regresas tan temprano?

Martina: como apenas empiezan las clases pues los niños salieron antes.

Analia: y esa cara? Esta mañana saliste feliz a la escuela.

Martina: Lo estaba, pero al terminar la jornada me encontré con alguien.

Analia: entonces fue un encuentro muy desagradable.

Martina: era José Miguel.

Analia: José Miguel? El hombre guapo que por años me has contado? Aquel que iba a ser misionero y que te tenia enamorada?

Martina: si, ese mismo.

Analia: pero si siempre me decías que morirías por verlo de nuevo, no entiendo.

Martina: José miguel fue a recoger a sus hijos a la escuela, allí nos encontramos.

Analia: cómo? Pero si era misionero, no entiendo.

Martina: yo tampoco, siempre dijo que jamás se casaría ni tendría una familia propia porque su vida era ser misionero, y ayudar a la gente, a lo mejor se dejó seducir de una cualquiera y tuvo que casarse con ella, si! Eso debe ser.

Analia: sea como sean las cosas, él nunca fue para, ti y ahora es un hombre  a lo mejor felizmente casado, no creo que sea buena idea que te acerques.

Martina: al contrario, necesito saber quién es esa mujer, porque yo lo conocí primero y no voy a permitir que siga durmiendo con otra ahora que sé, no dedica su vida a Dios, porque eso fue lo que en el pasado me impidió conquistarlo.

Analia: estás mal, mira yo mejor me voy a recostar tuve un día muy pesado en el trabajo, si no necesitara el dinero renunciaría sin pensarlo.

Mientras tanto en el ojo de agua...

Valentina y José Miguel le enseñaban a nadar a sus hijos, ella estaba más tranquila porque el problema de su hacienda estaba ya resuelto.

Los pequeños estaban felices pero como el ojo de agua era muy hondo debían apoyarse todo el tiempo de sus padres, Cecilia Benita estaba agarrada de su mamá y José Federico de su papá.

José Federico: y siempre vienen a nadar?

José Miguel: claro que si hijo, tu mama y yo lo hacemos desde que éramos novios.

Cecilia Benita: y aquí también se dan besos?

José Miguel y Valentina se miraron asombrados sin contener la risa.

Cecilia Benita: porque se ríen?

Valentina: por nada, es que su papá y yo recordamos un chiste.

José Federico: queremos saberlo para reírnos también.

Evidentemente su risa se debía a que el ojo de agua no sólo había sido testigo de sus besos sino también de su entrega en más de una ocasión.

Cuando regresaron a la hacienda una visita anunciada los esperaba en la sala.

SOY TU DUEÑA 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora