Capitulo 54

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Ya a solas Valentina y Fernando aprovecharon para platicar.

Valentina: que es eso que quieres decirme?

Fernando: cuando llegué a San Pedro de las Peñas te confesé mis razones para permanecer aquí.

Valentina: lo sé.

Fernando: pues como sabes, no tengo a nadie en el mundo más que a ti, así que quiero pedirte algo muy importante para mí, mi última voluntad.

Valentina: te escucho...

Isabel: no te veo muy convencida de haber dejado a mi sobrina con su amigo a solas.

Leonor: es que Valentina y José Miguel han tenido muchos problemas y no quiero que Fernando sume uno más.

Isabel: no pasara, despreocúpate; ese muchacho sólo quiere charlar, es un bueno respeta que es una mujer casada.

Leonor: en verdad lo crees?

Isabel: sí.

Leonor: y por qué no se regresa con su familia?

Isabel: perdió a sus padres, era único hijo, no tiene a nadie  en el mundo.

Leonor: eso lo explica todo.

Isabel: mi sobrina tiene un enorme corazón y sé que no va a dejarlo sólo mientras este delicado.

Leonor: eso es muy cierto, nos ha dado grandes enseñanzas sobre el amor y el perdón.

Valentina: estás seguro de que eso es lo que quieres?

Fernando: si! Confío plenamente en ti.

Una lágrima de Valentina cayó bajo sus mejillas.

Fernando: no llores por favor, cuando me vaya iré a un lugar mejor, mientras quiero disfrutar de tu compañía.

Valentina: sabes que cuentas conmigo.

Fernando: puedo pedirte un abrazo?

Valentina: claro.

Valentina se acercó y abrazó a Fernando.

José Miguel hacia la tarea con sus hijos mientras estaba al teléfono solucionando algunos asuntos de la hacienda.

Don Ernesto: por la reunión en la procesadora no te preocupes puedo ir en tu lugar.

José Miguel: de verdad? es que no quiero abusar.

Don Ernesto: yo conozco los negocios de la hacienda perfectamente, le enseñé a Valentina sobre el manejo de todo, ahora ella está convaleciente y tu deber es estar a su lado, y pendiente de tus hijos, no te preocupes, además será por un par de días mientras le dan de alta.

José Miguel: es cierto cuando este aquí en la hacienda podré cuidarla sin descuidar nuestros negocios, de verdad muchas gracias don Ernesto.

Cecilia Benita: está bien así papi?

José Federico: y el mio?

José Miguel: están muy bien.

Gabriela fue a visitar a su amiga.

Gabriela: y cómo te sientes?

Valentina: bien Gabi; tengo muchas ganas de regresar a la hacienda.

Isabel: es mejor que esté aquí porque allá seguro que no aguanta la cama.

Gabriela: conociéndola empezará a trabajar en cuanto llegue.

SOY TU DUEÑA 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora