Capitulo 95

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José Miguel y Horacio tenían un plan romántico para esa misma noche antes de su regreso a San Pedro.

Las dos amigas regresaron con los niños al penthouse, Horacio y José Miguel se sorprendieron por su repentina llegada.

Horacio: pensé que estarían más tiempo en la alberca.

Gabriela: el sol está muy fuerte y no quiero que me haga daño.

Valentina: niños, vayan a darse un baño y a cambiarse.

Los gemelos corrieron a obedecer a su mamá.

José Miguel: hace rato salimos a dar un paseo con Coquito.

Valentina: y cómo se portó?

José miguel: parece que lo entrenaron un poco, pero todavía falta, ya lo haremos en la hacienda.

Valentina: y dónde está?

José Miguel: mi madre y tu tía salieron a comprar unas cosas al súper y se lo llevaron.

Valentina: ya veo, bueno voy darme un baño, tengo bronceador por todas partes.

Gabriela: nosotras también vamos a cambiarnos.

Horacio: oye José Miguel pos, con quién vamos a dejar los niños?

José Miguel: Pues con mi mamá y doña Isabel.

Horacio: si es cierto, por un momento olvidé que venían con nosotros.

José Miguel: pues donde tienes la cabeza Horacio?

Horacio: es que me dan nervios.

José Miguel: por qué?

Horacio: qué tal que no les guste?

Jose Miguel: no pienses eso, más bien ayúdame a ver que nos hace falta.

Horacio: creo que tenemos cubierto todo.

José Miguel: no, mira, tenemos la vajilla, los cubiertos, las copas y la cena.

Horacio: ahí está! no falta nada.

José Miguel: y la champagne?

Horacio: que menso, y si se la encargamos a tu mamá?

José Miguel: no creo que tarden, además no quiero que carguen muchas cosas.

Horacio: pues si ya están viejitas, tons vamos no?

Martina llamó a Analia, está tenía miedo de contestar pero era necesario saber en que andaba.

"Analia: Bueno?

Martina: se puede saber dónde carambas están tus patrones? recorrí gran parte de la capital  por dos largas semanas y no he encontrado pistas de su paradero, o a caso ya regresaron y no quisiste avisarme?

Analia: nada de eso; la hacienda sigue a cargo de sus empleados de confianza.

Martina: no sé si debería creerte, puedes estarme mintiendo, y si es así más te vale que me regreses el dinero que te di.

Analia: si no me crees confírmalo tú misma, y por el dinero no te preocupes puedo depositarlo de regreso a tu cuenta, está intacto.

Martina: que te pasa? por qué estás tan cortante conmigo?

Analia: todos tenemos problemas personales, deja de pensar que eres el centro del universo.

Martina: está bien, igual puedes contar conmigo, somos amigas.

Analia: esto es algo que debo resolver sola, tengo que colgar estoy algo ocupada."

Analia estaba en un café del pueblo analizando que pasó seguir, estaba hasta el cuello con su metida de pata, y a un pie de perder su trabajo y el hombre que estaba empezando a querer.

SOY TU DUEÑA 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora