José Miguel: que haces bonita? alguien puede vernos.
Valentina: no hay nadie, y los pocos turistas están lejos de aquí, ven conmigo, acaso no te gustaría pasar un buen rato aquí?
José Miguel: y si alguien viene?
Valentina: no lo creo, el guía me comentó que este Cenote es muy solitario, ven.
José Miguel le sonrió y nadó hacia ella, la tomó por la cintura y la subió sobre si para besarla mientras ella lo abrazó y acarició su ancha espalda.
José Miguel no pudo resistirse a Valentina y la llevó a una de las orillas para besar su cuello, su pecho, acariciar sus pubis.
Los gemelos seguían durmiendo al igual que Isabella mientras Horacio le ponía a Gabriela un poco de bronceador, Isabel y Leonor llegaron con una Margarita cada una, estaban muy animadas de ver tanta belleza a su alrededor, se sentaron a platicar mientras esperaban que Valentina y José Miguel se unieran a ellos para dar un paseo.
Martina seguía sorprendida viendo desde el vestíbulo de la mansión.
Muchacha: la patrona ya viene a atenderla.
Martina: gracias.
Martina sacó de su bolsa unas tijeras con una muy mala intensión.
Buenos días!! se escuchó una voz a su espalda.
Martina se quedó pasmada al ver una mujer de unos 70 años:; disimuladamente puso las tijeras en su lugar.
Martina: pensé que hablaría con la dueña de la casa.
Y lo soy, mi nombre es Leticia Gonzales de Romero.
La mujer extendió su mano amablemente a lo que Martina se vio obligada responder.
Martina: esta propiedad no le pertenece a Valentina Villalba?
Leticia: si! hasta hace un par de años, la heredó de sus padres unos viejos amigos y aunque dudó un poco en venderla finalmente acepto una de nuestras propuestas de compra, es usted su amiga?
Martina: más o menos, es que tenemos un asunto pendiente y quise buscarla para tratarlo.
Leticia: bueno, ella vive en la hacienda más grande de San Pedro de las Peñas, en el estado de Hidalgo con su esposo e hijos.
Martina: entiendo, bueno algo supe, pero hace unos días me enteré que estaban en la capital.
Leticia: así es, vinieron a despedir un buen amigo, justo hace un par de días estuvimos en su funeral.
Martina: entonces usted la vio?
Leticia: si! la verdad es una mujer encantadora.
Martina: me imagino, oiga y sabe en dónde puedo encontrarla? es que de verdad me urge.
Leticia era una mujer noble y la insistencia de Martina no le estaba dando buena espina, pensó rápido para no comprometer a Valentina.
Martina: señora!! Donde puedo encontrar a Valentina?
Leticia: bueno debe estar en uno de los hoteles de la ciudad, escuché que se quedarían una temporada , pero la verdad no tengo idea, la capital es enorme.
Martina: y no tiene idea de algún lugar en particular?
Leticia: no! lo siento.
Martina: entonces me voy, gracias.
Martina salió algo disgustada por no conseguir información.
El esposo de aquella mujer se acercó a ella.
Leticia: esa mujer no me gustó nada, tengo que llamar a Valentina, fue lo único que dijo antes de regresar con él al comedor.
Mientras tanto en el Cenote...
Valentina y José Miguel ardían de pasión, y aunque al principio él temía que alguien los descubriera, ahora temía que ese momento llegara a su fin, estaban dentro del agua envueltos entre besos y caricias, sus prensas flotaban muy cerca de ellos, pero era lo que menos les importaba, al igual que su temperatura, el agua era realmente helada; su calor corporal subía cada segundo al igual que su agitada respiración, si bien llevaban un buen rato frente a frente, Valentina se dio la espalda y apoyarse en la orilla mientras su esposo acariciaba todo su cuerpo y seguía adherido a su cuello rodeándola con sus brazos por la cintura.
Los niños despertaron de su siesta y al no ver cerca a sus padres empezaron a buscarlos.
Leonor: quieren una soda?
Los niños asintieron.
Gabriela: yo voy con usted, tengo mucha sed.
Horacio: donde andaran esos dos?
Isabel: seguro se fueron a caminar.
Horacio: pos si pero hace un buen rato.
Cecilia Benita: y si se perdieron?
Horacio: no lo creo, ambos son muy listos, seguro no tardan.
Isabel: vengan, les pongo un poco más de protector solar, no quiero que ese el fuerte sol les haga daño.
Los gemelos hicieron caso a las indicaciones de su abuela.
Martina decidió seguir con su búsqueda, al guiarse por el navegador pudo notar que había varias propiedades podían pertenecer a Valentina, sabía que su apellido no era muy común, estaba dispuesta indagar hasta el último rincón.
Mientras se ponían de nuevo sus trajes de baño Valentina y José Miguel conversaban.
José Miguel: esto fue una locura bonita.
Valentina: lo sé, no sé porque tuve ese arranque, pero estuvo bastante bien no crees?
José Miguel: por su puesto, me encantaría quedarme el resto del día aquí contigo.
Valentina: a mi también, pero ya deben de haber despertado los niños.
José Miguel besó a Valentina dejándola sin aire, cuando se escucharon unas voces muy cerca.
Perdón no sabía que había personas aquí, dijo una mujer de unos 50 años que entraba con su esposo y sus 4 hijos.
Valentina: no se preocupe, el lugar es hermoso, a pesar de mantener tan solo, espero que lo disfruten.
José Miguel salió del agua y tomó la mano de su esposa para ayudarla a salir, se alejaron de los demás con el objetivo de reencontrase con sus hijos.
Gabriela y Leonor regresaron con las sodas.
Gabriela: aún no regresan?
Horacio: no.
Isabel: y se habrán llevados sus teléfonos?
Leonor sacó el suyo para llamar a su hijo, pero este sonó cerca de ellos.
Leonor: definidamente tendremos que esperar que regresen.
José Federico: ahi vienen!
Cecilia Benita: es cierto.
Isabel: niños, niños, a donde van???
Los gemelos salieron corriendo hacia sus padres que se encontraban unos 100 metros de ellos.
Mamá... papá...
Valentina y José Miguel se miraron entre sí y se dijeron entre dientes.
Valentina: te dije, que ya estaban despiertos.
José Miguel: que bueno que aprovechamos nuestro rato a solas.
Cecilia Benita corrió hacia Valentina y su hermano hacia su papá.
Valentina: ay mi amor!!
José Miguel: hola campeón!!
Cecilia Benita: dónde andaban?
Valentina y José Miguel intentaron pensar en una respuesta convincente para sus hijos, ya que sabía que no iban a quedarse tranquilos hasta que les dijeran algo.
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SOY TU DUEÑA 2
FanfictionValentina y José Miguel se enamoraron desde que se conocieron; derrotaron las adversidades que se presentaron contra su felicidad, unieron sus vidas y ahora llevan 7 años de matrimonio; son padres de unos gemelos de 5 años "José Federico" y Cecili...