Capitulo 17

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Valentina: quieres nadar conmigo?

José Miguel sólo asintió y como pudo se quitó su sombreo, camisa, pantalón, zapatos y todo aquello que cubría su cuerpo, mientras Valentina hizo un clavado en el agua.

José Miguel la alcanzó, la tomo bajo el agua por la cintura y la subió sobre sus caderas para besarla, estaba hambriento de deseo por ella, habían pasado algunos días desde que sus cuerpos habían intercambiado besos y caricias, ambos sentían un desespero por llegar al clímax, sus besos eran tan arrebatados que parecían haber pasado siglos desde que sus labios habían estado en contacto.

Gabi y Horacio fueron a una de las habitaciones para expresar su amor, la casa estaba sola así que podían amarse libremente; mientras los 3 niños y sus 3 abuelos comían en el pueblo y daban una vuelta, Valentina les había pedido que regresaran a las 2 de la tarde y apenas pasaban de las 12 del mediodía.

Valentina: que te pasa? Estas bien?

José Miguel: solo recordaba los momentos que hemos pasado en este lugar, todos han sido tan hermosos.

Valentina: si, recuerdo que la primera vez me robaron mi ropa y tú no parabas de reírte.

José Miguel: bueno, tienes que admitirlo fue muy gracioso, además te preste mi camisa para que no llegaras medio vestida a la hacienda, te veías tan linda.

Valentina: si, fue gracioso, hasta que supe que mi prima estaba detrás de eso.

Jose Miguel: ya ni la menciones, ya ves los problemas que Gabi y Horacio han tenido por traer su recuerdo.

Valentina: si , sólo pensemos en nosotros, no sabes cómo te he extrañado, aunque compartíamos la misma cama el no poder abrazarte me hacía sentirte lejos.

José Miguel: Yo siento lo mismo bonita, extraño respirar el olor de tu piel, el sabor de tus labios, la suavidad de tu cuerpo.

Valentina: estas noches han sido una pesadilla, me muero por sentirte dentro de mí y escuchar sólo el latido de nuestros corazones.

José Miguel: quiero amarte hasta el cansancio, olvidémonos de los relojes, los problemas, olvidemos todo lo que pueda empañar nuestra felicidad, sólo pensemos en nuestro amor.

Valentina: quiero eternizar lo que más pueda este momento, te amo.

Unieron sus labios en un profundo y apasionado beso, sus cuerpos seguían entrelazados, sólo podía escucharse el latido de sus corazones y sus aceleradas respiraciones.

José Miguel llevó a Valentina un poco hacia la orilla y se posó sobre ella para entrar en su interior de la manera más tierna, sus ojos no se apartaban de los suyos, sus manos recorrían centímetro a centímetro cada parte de sus cuerpos, sus labios ardían en pasión por devorarse entre si.

José Miguel tomó a Valentina por las nalgas, ella se apoyó sobre su cuello sin aún salir de su interior y soltar sus labios, hubo algo de movimiento para aumentar su mutua satisfacción , entre jadeos y sudor juntos llegaron a la cúspide del placer.

Don Ernesto, Isabel y Leonor llegaron con los niños a la hacienda.

Cecilia Benita: donde están mis papás?

Leonor: a lo mejor salieron a dar una vuelta.

Isabella: puedo llamar a mi papito? Lo extraño mucho.

Isabel: claro Isabella, vamos al estudio para que hables a gusto.

Leonor llamó al teléfono de José Miguel pero no obtuvo respuesta, así que llamó al de Valentina pero lo escucho timbrar allí mismo.

SOY TU DUEÑA 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora