Enamorada del 20 (Marco Asensio)

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- ¿Esto es real? - me pregunta aun sin creérselo.

- Si - contesto algo avergonzada, la verdad es que nunca en mi vida creí que llegaría hasta este extremo por nadie.

- Estas más hermosa que en mis sueños - me contesta acercándose con una sonrisa y enseguida se a que se refiere, se supone que esta es su fantasía sexual y que hasta ahora siempre me había negado a cumplir - el blanco te sienta de maravilla.

- Pues yo me veo ridícula - conteste sincera.

- ¿Por que la llevas entonces? - me pregunta curioso.

- ¿No es evidente? - pregunto con sarcasmo y añado antes de que me responda - todo esto es para demostrarte una vez más lo mucho que te amo - digo sincera y añado con cara de asco - aunque para ello tenga que ponerme esta horrible equipación del Real Madrid.

No me contesta al momento y eso me pone nerviosa, me muevo incómoda mientras el parece analizar todo lo que esta sucediendo.

- ¿Hola?¿Sigues aquí? - pregunto aún más nerviosa al ver que no solo no me contesta sino que se queda con la mirada perdida en mi camiseta, que en realidad es suya, ya que me la dio después de un partido y se quedo en el fondo de mi armario porque jamas pensé en ponerme.

- No te merezco - me dice con los ojos cristalizados cuando levanta la mirada.

- No digas eso - replico acercándome a el.

- Es la verdad - me contesto - tu siempre estas haciendo sacrificios por mi y yo en vez de agradecerte eso lo que hago es machacarte con el único error que has tenido.

- Por favor olvidemos ya ese puto tema y centrémonos en lo importante - le pido.

- Es que es la verdad, no te conviene estar con una persona como yo, cualquiera hasta el gilipollas de Rafinha sabrían valorarte - me contesto.

- Yo mejor que nadie se lo que me conviene o no, así que no quiero volver a hablar de esto - digo algo cansada.

- Te he hecho daño - siguió con lo suyo.

- Joder y yo a ti - contesto - Marco no lo hagas más difícil por favor - le pido.

- No quiero que ninguno de los dos sufra más con esto - me contesto - y mucho menos los niños, no sabes lo mal que se quedo Maria al veros salir.

- Pues precisamente por eso tenemos que hacer que esto funcione - conteste segura de que esa era la mejor solución.

- ¿Tu crees? - me pregunto temeroso pensando antes en nosotros que en el mismo.

- Si, tenemos que intentarlo al menos una última vez por ellos y por nuestro amor - conteste con una sonrisa.

- Entonces no será muy difícil, os amo demasiado a los tres - me contesta acercándose aún más.

- Yo también - contesto y añado medio en broma medio en serio - Creo que lo estoy dejando bastante claro con esta camiseta tan fea.

- Pues si - me contesta divertido - jamas pensé que te la pondrías.

- Yo tampoco - dije sincera - bueno como ya parece que hemos hecho las paces me la voy a quitar antes de que me entre sarpullido - añado haciéndole reír.

- Yo me la pongo siempre y no me pasa nada - me dice divertido.

- Eso es porque te pongo lejía en el gel - digo divertida cuando logro sacarme esa camiseta de encima.

- Pues se me acabo ese bote - me dice fingiendo falsa preocupación.

- Pues entonces te voy a tener que hacer una revisión - le digo quitandole la toalla.

- Doctora no sabia que tenias tantas ganas - me dice divertido, pero su sonrisa desaparece en cuanto ve a los niños salir de la habitación corriendo hacia aquí.

- Me parece que la revisión la vamos a tener que dejar para otro momento - digo después de devolverle la toalla.

Marco niega con la cabeza divertido y se va a la habitación a cambiarse.

- Mami queremos jugar con primo - me dice Leo hablando por los dos.

- ¿Con Isco? - pregunto para querer asegurarme.

- Si - dice Leo mientras Maria asiente con la cabeza y sonriendo.

- Vale - contesto haciéndoles cosquillas - Marco tráeme una camiseta decente que nos vamos a la casa de tu pisha y de mi rubia.

- Y nestos primos - añade Leo que a pesar de tener el lenguaje dominado aun seguía teniendo alguna que otra dificultad.

Y en cuanto la reina de la casa se vistió salimos hacia la casa de nuestros amigos a los que hacia varios días que no veíamos, varios días en los que habían pasado millones de cosas.