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Soy un mar de lágrimas, no me puedo creer que este haciendo todo esto por mi, no es sólo que haya abierto tanto su corazón a mí, sino la manera y el lugar, estamos a escasos minutos de jugar el partido más importante de lo que llevamos de temporada y él pensando en esto, pensando en mi y en una vida juntos.

Desde pequeña he soñado con una declaración como esta en público,  con la diferencia de que la realidad supera mis sueños, no creo que exista mejor lugar que este.

Y sinceramente no se que responder a esto, por una parte sigo un poco enfadada con él, una traición así es difícil de perdonar, pero otra parte de mí y la más grande quiere abrazarle y no soltarle y recuperar el tiempo perdido.

El ambiente me ayuda a tomar la decisión, así que me limpio las lágrimas, sonrió, asiento con la cabeza y le indico con la mano que se acerque, su cara pasa en cuestión de segundos de desesperación pensando que  no aceptaría a alegría mezclada con sorpresa.

No tarda mucho en venir hacia mi, me quiere besar, pero le hago la cobra haciendo que medio estadio se ría de la situación, ojalá estuviéramos a solas y no en el centro de tantas miras, me siento como si estuviera en uno de esos programas de amor, tipo mujeres hombres y viceversa.

- Prometeme que se van a acabar las mentiras y que me lo contarás toda la verdad - le pido tratando de ignorar lo demás y sabiendo que esa era la única manera de cerrar la herida.

- Te lo prometo, esta misma noche te lo cuento todo - me dice.

- Más te vale - digo con cierto rencor - y ni se te ocurra men... - calla mis dudas con un beso que todo el estadio empieza a celebrar como si fuera un gol a favor.

- Ese Marco esta muerto, ahora solo verás la mejor versión de mi - me dice tratando de tranquilizar mis dudas.

- Deberías irte, el partido va a empezar - dice Igor viendo el saludo entre los capitanes de ambos equipos.

- Recuerda lo que te digo - me dice con una sonrisa antes de irse.

No es hasta que el árbitro da comienzo el partido que puedo respirar tranquila sin preocuparme por volver a salir en los videomarcadores.

El partido comienza con domino blanco mediante jugadas peligrosas entre Vinicius, Reguilón y el propio Marco.

- Joder macho espabilar - grito a los jugadores del barça, pero dudo que me oigan.

- Creía que irías con tu futuro marido - me dice Igor divertido recordandome la propuesta de su hermano y tengo que admitir que aunque me gusta la idea, me parece un poco rápido.

- Es mi barça - contesto argumentando el motivo que me lleva a apoyar a los azulgranas e ignorando mis pensamientos para centrarme únicamente en el partido.

No sé si los culés tienen superpoderes auditivos como Carvajal o si simplemente es casualidad, pero el caso es que a raíz de lo que dije de que espabilaran lo hicieron y en una contra dirigida por Messi casi nos adelantamos en el marcador.

El partido se pone interesante y las ocasiones de peligro se suceden. El Madrid juega más calmado por la ventaja que tienen mientras que el barça va a por todas.

- Sofia calmate un poco, es solo un partido - me dice Igor, pero me resulta imposible hacerlo, para mi no es sólo un partido, estamos aún en semifinales, pero es más que evidente que quien gane hoy ganará la Champions.

- ¡Roja! - grito viendo como cae Rakitic en la frontal del área por una falta provocada por Ramos siendo además este el último defensa.

Todos los presenten parecen estar de acuerdo conmigo, a excepción del árbitro quien considera que es amarilla puesto que al croata se le había ido el último control.

La afición empieza a silvar en desacuerdo, mientras que Valverde pierde los papeles en el área técnica, nunca le había visto tan alterado, pero es comprensible teniendo en cuenta que casi lesionan a su amado.

El cuarto árbitro escucha todo lo que grita el entrenador del barça y no le queda más remedio que comentárselo al árbitro principal quien termina expulsando al txingurri.

Genial, ahora veo más difícil la remontada y toda la afición también parece estar decaída, ya que los siguientes minutos solo se escuchan protestas de vez en cuando, nada de ánimos.

Así con ese resultado se llega al descanso y cuando los jugadores están entrando a los túneles de vestuario algunos desvían su trayectoria hasta mi.

- ¿Que? - pregunto sin entender porque tenía enfrente a Sergi, Arthur, Ter y Rafinha.

- ¿Puedes hacernos un favor? - preguntan con una carita que no puedo decir que no, me despido de los niños y de Igor y voy con ellos a los vestuarios ¿que será lo que quieren? ¿y por qué cojones me toca estar en el punto de mira hoy? Menos mal que al menos me he peinado.

Enamorada del 20 (Marco Asensio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora