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Durante las siguientes semanas no volvimos a tener ninguna discusión fuerte, pero si que se notaba que no estábamos de acuerdo en muchas cosas, como de la organización de la boda, o en que hacer con el lenguaje nulo de Maria o en que guardería apuntar a los pequeños cuando cumpliesen los dos años.

Lo bueno de tener dos puntos de vista diferente era que así podíamos comparar más posibilidades, pero los dos teníamos el gran defecto de ser muy cabezotas y no solíamos tomarnos a bien el comentario del otro.

- ¿Y entonces que quieres? - le pregunté frustrada.

- Lo primero que te relajes y los segundo que dejes de sacar las cosas de contexto - me contesto.

- Mejor hacer como tu y no hacer nada ¿no? - le pregunté sarcástica.

- Pues si, eso es mejor que hacer un drama por cada cosa - me contesto.

- ¿Te parece que estoy haciendo un drama solo porque estoy preocupada por mi hija? - le pregunté sorprendida.

- Pues si, la niña es pequeña aún - me contesto.

- Leo habla perfectamente y ella no es capaz de producir siquiera un sonido - conteste.

- Las comparaciones son odiosas, no hagas eso - me dijo.

- Se que no está bien compararlos, pero no me digas que es pequeña todavía cuando a su edad ya debería saber hablar o por lo menos intentarlo - dije frustrada con él.

- Sofía cariño, tranquila, es solo una fase, ya verás que cuando empiece la guardería ya va a hablar - me dijo tranquilizandome un poco.

- ¿Y que hago hasta entonces limitarme a ver como no habla nada? - le pregunté para que me diera una solución momentánea.

- Si te quedas más tranquila, la volvemos a llevar al logopeda o a donde sea, pero ya verás como te dicen lo de la última vez, que está todo bien - me contesto, la verdad es que la última y también la primera vez que la lleve fue hace muchísimo así que creo que la situación si que habría cambiado desde entonces.

- Vale - conteste.

- Te preocupas mucho - me dijo después de un rato mientras mirábamos como jugaban entre ellos nuestros dos pequeñines.

- Y tu te preocupas poco - conteste.

- Y tu... - empezó a decirme pero deje de oírle cuando oí el sonido de mi amado himno del barça saliendo de mi móvil.

- Roberto, hijo, por fin te dignas a llamarme - dije nada más descolgar la llamada de mi mejor amigo.

- Santos, madre, tu tampoco me llamas mucho que se diga - me contesto haciéndome reír, creo que era una de las pocas personas que siempre me lograba sacar una sonrisa por muy mal humor que estaba.

- Yo tengo excusa, tengo mucho lío en casa con los pequeños, con Rome y con Marco - me justifique - No como tu que estas todo el día tumbado en la cama - añadi divertida.

- Es verdad, yo tono tengo nada que hacer, solo ir a entrenar siempre, intentar ganarme un puesto en el equipo y en la selección y cuidar de la plasta de tu amiga - me contesto.

- Oye te estoy oyendo - oí de fondo la voz de Paula.

- Es broma cariño, yo te amo - dijo Sergi.

- ¿Con quien hablas? - le pregunto mi amiga con curiosidad, al parecer oía lo que quería.

- Con Sofi - dijo Sergi y a partir de ese momento no volví a saber durante un largo rato de mi amigo.

Hablando con los dos me di cuenta que estaba en constante situación de estrés en casa por mis frecuentes discusiones con Marco, creo que no lo pasaba tan mal desde los exámenes finales de cuarto año de la carrera, cuando se me junto todo eso con mis últimos meses de embarazo.

- ¿Oye y por qué no te vienes a vernos? - me pregunto Sergi.

- No se, no quiero más problemas en casa ¿ os acordáis lo que pasó la última vez que fui a Barcelona? - les pregunte refiriéndome a la vez que fui con Lucía a casa de Sergi a pasar dos días porque quería conocer a todos lo jugadores del barsa y el clásico, desde lo que pasó en aquel encuentro solo veía a los chicos cuando ellos venían a Madrid.

- Si tía, pero eso paso hace mucho, recién estabas empezando con Marco y ahora ya tenéis dos hijos, un perro y una casa en común - me contestó Paula.

- Ya pero... - empecé a pensar algo por lo que ir pero no se me ocurría nada, realmente tenía ganas de ir a visitarles y de conocer Barcelona - Pero nada, voy a Barcelona este mismo finde con los niños.

- ¿Que? - me pregunto Marco sorprendido, otro que oye lo que le interesa, no pegaba el oído cuando hablaba de nuestros problemas, para eso mejor se hace el indiferente.

- Que me voy a ver a Paula y a Roberto este finde - le explique.

- ¿Y te vas a ir así sin hablar conmigo? - me pregunto sorprendido, no me lo pude tomar enserio porque oí como Sergi se quejaba al teléfono que no se llamaba asi.

- ¿Que quieres que te pida permiso? - le pregunté divertida - Soy mayorcita para hacer lo que quiera.

- No te he dicho eso en ningún momento, haz lo que quieras, yo tampoco voy a estar en casa tengo partido en Sevilla, solo te he dicho que estaría bien que me lo comentases nada mas - se justificó medio raro.

- Vale genial - conteste con una sonrisa - Este finde voy con los peques a Barcelona - sentencie para Marco y para mis dos amigos de Barcelona que seguían al teléfono.

Enamorada del 20 (Marco Asensio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora