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La alarma sonó interrumpiendo mi hermoso sueño y aunque yo la ignore a Marco no le quedó más remedio que despertarse, porque además de entrenamiento tenía que hacer de taxista de mis hermanos.

Aunque la idea de volver a dormirme me pareció muy tentadora, me lo pareció más mirar a Marco cambiarse.

- Dios a esto se le llama un bonito amanecer y lo demás son tonterías - digo al ver que no ha notado que hace rato que le observó.

- Ay no me digas eso que me sonrojo - dijo poniéndose las manos en los mofletes y después dándose aire exageradamente con las manos.

Su actuación me hace gracia, definitivamente descarto lo de volver a dormirme.

Salgo de la cama y voy a darle un beso, olvidándome que no llevo nada encima.

- ¿Tu quieres que tus hermanos no lleguen al insti, no? - me pregunta divertido.

- No es mi culpa que seas un cachondo  y solo pienses eso - le contesto poniéndome las bragas.

- ¿Y tu no lo haces? - me pregunta sonriendo.

- No - miento, la verdad es que me queda bastante creíble porque a pesar de su cara de incredulidad no me rio.

- Ya... - dice acercándose, mientras yo voy retrocediendo y el se sigue acercando, terminamos cayendonos a la cama - ¿Segura? - me pregunta sonriendo encima mía y dándome besos en mi pecho descubierto.

- No, te estaba mintiendo - digo divertida - en realidad me pones muchísimo - no puedo evitar decir cuando pasa su mano por mi intimidad.

- Lo se - me contesta sonriendo - y por mentirosilla luego me va a tocar castigarte - me dice mirándome pervertido, ya podían ser todos los castigos así.

- ¿Marco estas ya? - oigo que preguntan mis hermanos y casi a la velocidad de la luz me meto debajo de la sábana con la ayuda de Marco y este además se sienta sobre la cama con un cojin sobre sus piernas, concretamente sobre la tercera que como siempre últimamente está muy dura.

Como nos imaginábamos los dos mocosos entran en la habitación, obviamente sin mala intención, ya que no creo que entre sus planes estén ver a su hermana mayor en pelotas.

- Estoy acabando - contesta Marco, el si que es un mentirosillo, si aún está en ropa interior.

- Creo que más bien estas empezando - dice Gabriel haciéndonos reír.

- Eso es porque vuestra hermana me entretiene - dice Marco.

- Si anda - me quejo.

- Por mi no te preocupes, como que no vamos - dice Gonzalo volviendome a descolocar, a él le encantaba ir a clase.

- Es verdad - esta de acuerdo Gabi - hoy tenemos examen de mates.

- ¡¿Tenéis examen de mates y habéis pasado la noche jugando a la play?! - pregunto incrédula.

- Es que no podíamos dormir porque se escuchaban ruidos muy extraños - dice divertido Gabi sabiendo de que ruidos hablaba, yo obviamente era un puto tomate, como comprenderéis entre mis planes de hermana mayor perfectas no se encuentra el que me oigan gemir por las noches.

- Es que Sofia grita mucho - dice Marco divertido.

- Claro tu casi no gritas ¿no? - le pregunta Gabi, Marco niega divertido - ¿Como era Gon?

- ¡Ohh Sofi te amo! ¡Ohh si! ¡Ohh, Ohh!  ¡Contigo hasta octillizos! - se burla de el Gonzalo, me alegra ver que ya se encuentra mejor que ayer, pero tampoco es necesario humillarnos de esta manera.

- Se acabó la conversación - sentenció - vosotros a desayunar y tu vístete - les dijo.

- ¡Ohh si, Sofi! Tenemos hambre - dice Gabriel aún riéndose.

Los tres me hacen caso y al rato se van dejándome a solas con los mellizos.

Los despierto después de ducharme y cambiarme y se me ocurre una idea genial para pasarlo bien y de además mantener la línea, ya que desde que abandone de nuevo el voley me notaba un poco más rechoncha.

¿Que por qué lo deje de nuevo? Porque a esas niñatos no las aguanta ni sus madres, como para hacerlo yo.

Entre los mellizos y yo hacemos un maravilloso y divertido concierto cantando y bailando a todo pulmón  (Maria haciendo de nuevo playback) en la que incluimos maravillosas canciones como la de Peppa Pig, la los Lunnies, Oliver y Benji e inazuma eleven.

...
Las manos hacia arriba
las manos hacia abajo
y como el Diegorila
¡uh! ¡uh! ¡uh! ¡uh!
Todos caminamos
Las manos hacia arriba
las manos hacia abajo
como los gorilas
¡uh! ¡uh! ¡uh! ¡uh!
Todos caminamos
...

Entre que hago el gorila ya muy fatigada oígo la puerta abrirse, extrañada me dirijo a la puerta y miro a Marco que viene muy serio, se perdía el entrenamiento por algo.

- ¿Que pasa? - pregunto preocupada.

Me abraza fuerte y sigo sin entender.

- Marco ¿Que pasa? - insisto.

- Tu padre... - me dice con la voz rota.

- ¿Que pasa con el?

- Ha tenido un accidente de tráfico - me dice y por su reacción entiendo que es algo bastante grave.

- Vamos a verle - le pido, olvidándome de mi mala relación con el.

Enamorada del 20 (Marco Asensio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora