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Al llegar a Barcelona estaban tanto Paula como Sergi esperándonos con una sonrisa en el aeropuerto.

Yo aunque mis padres me insistieron en ir a un hotel preferí quedarme con mis amigos, me daba igual ser una molestia.

- Nos vemos después - se despidieron mis familiares de mi, habíamos quedado más tarde para comer juntos.

- Claro - dije con una sonrisa.

- ¿Nos llevamos a los niños? - me pregunto mi madre.

- NO - gritaron a la vez la pareja.

- Queremos también estar un rato con ellos - dijo mi amiga.

- Vale, disfrutad - nos dijo mi madre.

- ¿Sergi cuando entrenes nos llevas contigo? - pregunto Gonzalo con una sonrisa deseando que el blaugrana dijera que si, su mellizo estaba más tranquilo porque ya le asegure que su que vendrían con nosotros.

- Claro que si - dijo Sergi despeinandole un poco.

Nos terminamos de despedir y nos fuimos en coche a su casa, mientras que mis padres y mis hermanos iban en taxi a dejar las cosas en el hotel para hacer turismo por la cuidad.

- ¿Que tal con tu padre? - me pregunto Paula nada más entrar al coche.

- Bien bueno normal - conteste sin saber bien como describir la relación con mi padre.

- ¿Y con Marco? - me pregunto esta vez Sergi mientras conducía.

- Pues ya sabéis, todo el rato estamos discutiendo - conteste lo que ya sabían - Pero bueno no hablemos de mi, contarme de vosotros - les pedí ya que no tenía ganas de hablar de Marco, ya que vine aquí para descansar un poco de esa situación.

- ¿Que quieres saber? - me preguntaron los dos a la vez.

- Pues no se - conteste divertida - ¿ Y los niños pa cuando?

- Déjate de niños que nosotros estamos muy bien así - dijo Paula.

- Pues no sabéis lo que os perdéis, ser padres es lo mejor del mundo - dije con una sonrisa.

- Les tienes que querer demasiado - me dijo mi amiga con una sonrisa.

- Si - conteste estando de acuerdo con su afirmación - ¿Por que lo dices?

- Porque te conozco y se que si lo que te ha hecho Marco te lo hacía cuando estabais solos no le perdonabas - me dijo mi amiga.

- Pues si probablemente - conteste pensando en tal posibilidad.

- Pero Sofi ¿tú eres feliz así? - me pregunto esta vez Sergi.

- Pues si, bueno... no se - conteste sincera - es que estar todo el rato discutiendo cansa.

- Hablalo con él - me propuso Sergi.

- Y creo que deberías volver ya con la selección, eso te hacía muy feliz - me recomendó mi amiga.

- ¿Y donde dejo a mis niños? - pregunte refiriéndome a mi estancia con la selección.

- Pues con tus padres, o con Cande y Sara - me dijo Paula - Pero Sof tienes que vivir, tengo la sensación que desde que han nacido los niños tu vida gira únicamente entorno a ellos, ya no haces nada de lo que hacías antes, como el voley, si hasta has dejado de ver a tu barsa.

- Son mis hijos tiene que ser así - le interrumpi.

- No cariño, no puedes estar tampoco las 24 horas del día con ellos, también tienes que tener tiempo para ti - me dijo Paula.

- Yo no paso las 24 horas con ellos, eso es imposible - repique.

- Si que las pasas, tu misma me dijiste que por la noche eres tu la que siempre va a calmarlos cuando lloran - me dijo Pau y añadió - además que no te separas de Maria para ver si por fin consigue hablar.

- Es verdad - dijo Sergi - y casi no sales de casa para estar con ellos.

- Si que salgo, voy a todos los partidos del Bernabeu - repique.

- ¿Y eso cada cuando es? ¿Cada tres días? ¿Cada semana? - me pregunto Sergi.

- No se - dije sincera.

- ¿Y eso te gusta? - me pregunto Paula y cuando vio que iba a contestar que si se me adelanto - No, no te gusta.

- Si que me gusta ver a Marco - conteste sincera.

- Si eso sí, pero no te gusta ir hasta el Bernabeu, tampoco te gusta ser el centro de atención y mucho menos tener en contra a la afición y que te culpen a ti del rendimiento de Marco, se que cuando vas con Sara te da igual porque estas con ella, pero no se porque sigues yendo sin ella - me dijo mi amiga dando en el clavo.

- Pues por Marco - conteste sincera.

- Tía te das cuenta que te pasas el día pensando en los demás, que si esto por Marco, que si esto por los niños... - me dijo Paula.

- ¿Y que hago no pienso en ellos? - pregunte sin entender a que se refería.

- No tonta - me dijo mi amiga con una sonrisa - pero deberías empezar a pensar más en ti, y si te apetece hacer algo que se quede Marco con los niños que el también es el padre.

- Vale amiga ya pillo lo que me quieres decir - le dije con una sonrisa.

- A buenas horas - dijo divertida.

- Te voy a llevar a un sitio que va a hacer que te olvides de todos tus problemas - me dijo Sergi mirándome a través del retrovisor con una sonrisa.

Enamorada del 20 (Marco Asensio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora