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No se como ni en que momento me hice famosa de la noche a la mañana, supongo que alguien debió de grabarme mientras discutía con esos dos aficionados al terminar el partido.

Y lo que hice con la mejor intención defendiendo a mi novio se volvió en mi contra, y por su puesto que a Marco no le hizo ni gracia lo que se decía, para bien o para mal tenía una queja.

Los cules creen que yo soy demasiado mujer para Asensio ya que se supone soy demasiado guapa e inteligente en comparación suya, una estupidez por cierto, y no paraban de twitear sobre ello, y claro que Marco cada vez que leía un tweet se enfadaba un montón y en vez de ignorarlos pues los leía y les daba mucha importancia.

Y por otro lado estaban los madridistas quienes pensaban de todo esto que si, que tenía razón en todo lo que dije de estar también en las malas y apoyando a los jugadores que pasan por malas rachas porque así es más fácil darle la vuelta a la situación, pero también estaban los que decían que yo no era nadie para decirles nada de malos aficionados del Madrid cuando soy del barsa y que todo esto lo decía por ganarme un buen polvo palabras textuales o viceversa los había quienes criticaban a Marco por estar conmigo, porque según ellos yo le había lavado el cerebro a Marco para que jugase fatal y que así el barsa pudiese ganar más fácil.

Y lo peor de todo es que la mayoría de los madridistas pensaban lo último y si anteriormente fastidiaban a Marco con lo de su rendimiento si le sumamos esto la situación era insostenible.

Y para colmo era conmigo con quien pagaba los platos rotos, y por su puesto con los niños quienes no le dejaban dormir por la noche.

Así que Marco tratando de poner paz de nuevo en su relación con su propia afición decidió dar una entrevista en casa contando un poco de todo y de como quería revertir esta situación.

- Ya están por llegar - me dijo nervioso.

- Vale - conteste seca, últimamente no estábamos pasando un buen momento ya que discutiamos cun mucha frecuencia.

- ¿A donde vais a ir? - me pregunto derrepente.

- A ningún sitio - conteste sin entender porque me lo preguntaba, si para empezar tanto los niños como yo estábamos en pijama.

- ¿Y por qué no vais a casa de tu madre? - me propuso.

- Porque no me apetece - dije sincera, estaba muy cómoda así en pijama jugando con los niños.

- Bueno pues... ¿podrías ir a visitar a mi padre? - me pregunto y enseguida añadió - O mejor ir a ver a Igor y a Cande, que seguro quiere estar contigo.

- ¿Que pasa, te molesta que estemos en casa? - le pregunté captando la indirecta.

- No es eso... es solo que van a venir y si te ven... - empezó a decirme, pero no hizo falta que acabará la frase, ya sabía lo que me quería decir.

- ¿Crees que yo tengo la culpa de que te critiquen, verdad? - le pregunté directa.

- No, pero...

- Entonces te avergüenzas de mi - dije segura, era la única explicación que tenía el echo de que no me quería en casa.

- No es eso cariño - dijo rápidamente.

- ¿Entonces que es? - pregunte sin entenderle.

- Pues que si quiero que mi afición confíe en mi, creo que no deberían verte por un tiempo - me contesto sorprendiendome.

- Pues es lo que yo te decía - conteste enfadada - crees que yo tengo la culpa de que estén enfadados contigo.

- Bueno pues si - contesto y añadió cuando vio mi cabreo - Es que ya te vale, ¿no podías morderte la lengua? No, siempre tienes que estar hablando, aunque no tengas ni puta idea.

- ¿Que no tengo ni puta idea? - pregunte incrédula - Si todo esto lo he echo para defenderte ¿o te gustaba que te criticasen por un partido malo?

- Pues no - me contesto - Pero joder lo prefiero a que me critiquen porque mi novia es una bocas.

- Bueno si soy una bocas y tanto te molesto me voy - dije enfadada.

- Genial, es lo que quería - me dijo también enfadado.

- Pero me voy para no volver idiota - le conteste furiosa cogiendo a los niños y yendome de allí en pijama.

Durante todo el trayecto hacia la puerta de casa no me dijo ni una sola vez que me quedase, así que supuse que realmente quería que me fuera y  lo hice.

Me fui a casa de mi madre que estaba a 20 minutos andando y fui andando porque además con el enfado me olvide del abono, del dinero y del móvil.

En trayecto hacia mi antigua casa, la gente me miraba con pena, seguro que pensaban que había sido víctima de una violencia de género y que por eso había salido en pijama y en chanclas.

Al llegar a casa les explique lo que me había pasado y después me fui a la que durante tanto tiempo fue mi habitación a ver la entrevista de Marco mientras lloraba de rabia y comía helado como cada vez que me deprimo.

Enamorada del 20 (Marco Asensio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora