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- Hola - saludo nada más verles aparecer por la puerta de casa, jamás se me había hecho tan larga la espera sin ellos.

- Hola - dicen los dos chicos mientras que Maria se esconde en los brazos de su padre, lo cierto es que los avances que parecía tener se estancaron, por eso tenia tantas ganas  de apuntarles a una academia de idiomas o a cualquier cosa.

Los tres vienen a besarme y les recibo con los brazos abiertos.

- ¿Que tal la mañana? - me pregunta Marco curioso.

- Un rollo - contesto sincera - ¿Y tu que tal el entrenamiento?

- Bien, he hablado con Candela - me contesta sonriendo.

- ¿Y que tiene eso de bueno? - pregunto sin mirarle ya que les estoy quitando los zapatos y la sudadera a los niños, ya que hacia calor.

- No esta embarazada - me contesta.

- ¿Que? - pregunto como si no hubiera escuchado lo que quería oír desde ayer.

- Pues eso - me contesta - me ha dicho que ha ido al ginecólogo y que le ha dicho que ha sido un error del test y que no lo esta.

- Es raro - contesto sincera - por como hablaba ayer parecía muy segura de que lo estaba.

- Ya bueno... pero es lo que hay - me dice sonriendo - también me ha dicho que quiere quedar con vosotras para hablar, pero que entendería que no quisieses ir.

- Pues si que voy - contesto segura, necesito oírlo de su voz todo esto y asegurarme que este hablando en serio.

- Vale - me dice con una sonrisa - ¿Que tal la autoescuela? - me pregunta algo más serio.

- Un trozo de excremento bien grande - contesto haciéndole reír, hace poco decidimos que teníamos que moderar nuestro lenguaje no vaya a ser que los niños aprendan nuestras malas palabras.

- ¿Tan mal ha ido? - me pregunta divertido.

- Y si..., solo he aprobado 1 de 10 y porque la mayoría de preguntas ya habían aparecido.

- Bueno, pero así es justo como se aprende - me dice.

- Bueno pues a mi así no me gusta - contesto sincera - anda vamos a comer que tengo muchísimo hambre - digo haciéndole reír nuevamente.

- ¿Que te apetece? - me pregunta yendo para la cocina.

- Hoy he cocinado yo - contesto orgullosa, porque ademas me había quedado comestible y todo.

- ¿En serio? - me pregunta sorprendido.

- Si, pero a los niños les cocinas tu, no quiero que se mueran por culpa de mis pésimas habilidades en la cocina - contesto divertida y el  riéndose se va hacia la cocina.

- Vale

- ¿Y vosotros que tal? - les pregunto a los niños cuando nos quedamos solos.

- Hemos jubado mucho - me dice Leo.

- ¿Con el tío Igor? - pregunto.

- Si - me contesta sonriendo.

- ¿Y lo habéis pasado bien? - les pregunto.

- Si - me contesta de nuevo Leo.

- ¿Y tu Maria?¿lo has pasado bien jugando con el tío y con el tate? - le pregunto sabiendo que a pesar de que no me contestaría esta bien meterla de algún modo en la conversación.

Asiente sonriendo.

- Mami - me llama Leo.

- ¿Que? - pregunto.

- Maria juega como papi - me dice sonriendo.

- ¿Como papi a que te refieres? - le pregunto.

- Pos mu bien - me contesta mirando con orgullo a su hermanita, para mi que ambos jugaban muy bien al fútbol, más que nada porque se pasaban el día jugando.

- Si, ella juega muy bien, pero tu también - le digo haciéndoles sonreír - no se lo digáis a papá, pero yo creo que vosotros sois mejores - digo bajando un poco la voz a modo de secreto.

- ¿Que? - me pregunta Marco cruzándose de brazos fingiendo enfado.

- Nada, que hace un buen día - miento giñándoles el ojo a los niños que se esfuerzan por no reírse a carcajadas tapándose la boca con la mano como pueden.

- A vale, creía que estabas diciendo que alguien era mejor que yo al fútbol - me dice sabiendo perfectamente lo que había dicho.

- ¿Que?¿Nooo? - contesto como si fuese una idea descabellada, los niños ahora si que empiezan a reírse - ¿chicos a que papi es el mejor del mundo mundial?

- Siiii - contestan los dos sonriendo, ahora somos Marco y yo los que tenemos que esforzarnos por no poner cara de sorprendidos al oír la voz de Maria, ya que la logopeda nos recomendó no hacerlo porque eso solo podía afectarla negativamente.

- Pues entonces podéis venir a comer la comida del mejor del mundo mundial - dice y los niños salen corriendo hacia el, al parecer no era la única que me moría de hambre.

Cuando llegue al comedor Marco ya había sentado a los niños en sus sillitas, puesto el babero y servido el puré.

- Tienen razón, eres el mejor del mundo mundial, definitivamente me ha tocado la lotería contigo - contesto sonriendo abrazándole, creo que debería hacer este tipo de cosas más a menudo porque era afortunada de tener un hombre tan completo a mi lado y que por desgracia escaseaban en el mundo.


Enamorada del 20 (Marco Asensio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora