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- Ey ¿estás bien? – me pregunta Rafa cuando oímos el portazo de Marco.

- Sí, estoy genial – contesto evitando el contacto visual y poniéndome la camiseta, pero los tres sabemos que estoy mintiendo.

- Sofi... no estás bien – me dice delicadamente Rafinha.

- Pues claro que no, mira odio a Marco por imbécil y cada vez que le tengo enfrente tengo unas ganas terribles de matarle, pero otra parte de mi tiene ganas de follármelo duro contra el muro en plan salvaje – contesto frustrada.

- Eso es que aún le amas – dice Ter recién salido de debajo de la cama, con lo alto que es, no sé cómo no se ha agobiado.

- No Ter, eso es que soy gilipollas – contesto sincera.

- Una gilipollas enamorada, me recuerda a alguien – dice Rafa mirando de reojo al alemán que se sonroja.

- ¿Me contáis vuestra historia porfi? – pido como una niña pequeña ilusionada al ver un caramelo gigante.

- Solo si nos prometes que vas a dejar de ser tan masoquista – me contesta Rafa, por la cara de Ter se que le avergüenza el inicio.

- No soy masoquista – contesto.

- Si que lo eres – me contestan los dos.

- No lo soy, no me gusta sufrir – contesto.

- Es verdad no te gusta – me da la razón Ter para la sorpresa de su chico – te encanta – añade dejándome sin palabras y yo que creía que estaba de mi lado.

- Bien dicho bebe – le dice Rafinha dándole un azote en el culo.

- Princesa concéntrate – le pide Ter al brasileño que se había quedado embobado mirándole el culo, ahora que me fijo tiene el culo que toda mujer desea.

- Perdona tu culo me desconcentra – se disculpa el brasileño, esta situación me supera, no puedo parar de reír y pensar en cómo si me llevo tan bien con ambos no me he dado cuenta, aunque ahora que lo pienso Paula ya me había dado a entender algo, premio nobel a mi inteligencia.

- Pues no lo mires – dice obvio el alemán.

- Como se nota que él no lo puede ver bien – me dice Rafinha y le doy la razón, para acabar con esta conversación Ter se sienta en la cama y nosotros como somos muy originales hacemos lo mismo.

- ¿Qué está pasando? – pregunta Sergi entrando alarmado.

- ¿Qué está pasando con qué? – preguntamos alarmados.

- Joder macho no os enteráis de nada – contesta indignado – espera un momento – dice cogiendo su móvil – Pau ¿dónde estáis? .... Vale ya vamos – dice colgando.

- ¿Qué está pasando? – pregunto preocupada.

- Marco se ha ido cabreado – me contesta.

- Ya ¿y...? – pregunto sin entender.

- Joder Sofia a veces eres muy estúpida ¿Qué crees que hacen las personas cabreadas al volante? – me pregunta.

O mierda, un accidente, el accidente, mi padre...

Esto no puede volver a pasarme.

- ¿Dónde está Pau? – pregunto esperando que estuviera con Marco.

- Abajo intentando evitar que Marco arranque – me contesta.

Por una vez no lo pienso dos veces y salgo corriendo en dirección a la puerta.

- ¿A dónde vas? – me preguntan los tres sin entender.

- A por mí macho – grito y añado más fuerte – ¡y no soy masoquista!

Los vecinos de Candela me miran mal, no sé si por mis pintas o por lo que acabo de gritar por el vecindario o por ambas, pero me da igual, tengo que conseguir que no se monte en el coche, porque Sergi tiene razón conducir en ese estado puede ser muy peligroso, para él y para los niños.

- Marco – grito cuando llego al parking, ya estaba dentro, así que hago algo estúpido pero a la vez inteligente, pararme delante del coche – No te vas a ir así.

- Sofia quítate, no quiero hacerte daño – me grita bajando la ventanilla.

- Pues si no quieres hacerme daño, no te vayas – le pido – no voy a dejar que hagas ninguna estupidez – contesto decidida.

- Sofia voy a acelerar, así que quítate – me grita.

- Pues si te quieres ir tanto tendrás que pasar sobre mi o más bien sobre nosotros, porque no me pienso mover – mierda se me ha escapado con la emoción del momento.

- ¿Qué has dicho? – me pregunta sorprendido, mis amigos me miran del mismo modo, bueno a Rafinha no le veo la cara porque ha bajado con la manta porque aun no se había vestido.

- Nada – contesto intentando ocultar mi error, todavía no era seguro.

- ¿Estás embarazada? – me pregunta y no contesto – Sofia por favor contesta – me pide bajándose del choche - ¿estás embarazada?

- Eso creo – digo sincera, se me nubla la vista y parece que el también tiene ganas de llorar, de hecho hasta se limpia alguna que otra lagrima rebelde.

Nos acercamos el uno al otro lentamente y nos quedamos ahí mirándonos y mirando todo lo que sentimos por el otro y asimismo todo lo que le hemos hecho sufrir, es curioso que justo las personas que más se quieren sean las que más daño se hacen.

- Sofi perdóname por lo de Sandra fui un imbécil, jamás debí hacer nada más allá de lo estrictamente profesional – me dice arrepentido.

- Y tú perdóname a mí por ser tan inmadura y cabezona, debí haberte dejado hablar – contesto – en cuanto a lo de Rafa tenías razón, es marica – le explico y justo en el momento en que nos da por mirar a los dos el brasileño le miraba el culo al alemán de nuevo.

- Bueno ya está todo aclarado – dice quitándome los pelos rebeldes de la cara delicadamente.

- Besaros ya coño – dice Ter con un acento muy español y mientras todos se ríen por lo que acaba de soltar Marc, Marco y yo le obedecemos y juntamos nuestros labios en lo que viene siendo el mejor beso de nuestras vidas.

Enamorada del 20 (Marco Asensio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora