Enamorada del 20 (Marco Asensio)

22

Cuando se hizo tarde Marco y yo tuvimos que volver a casa, porque los niños estaban ya muy cansados. Mientras que Igor y Candela se quedaban un poco más con la pareja.

Nada más llegar a casa dejamos a los mellizos cada uno en su cama y a Isquito le pusimos en nuestra cama para que durmiera, había sido un día muy largo y muchas emociones para el.

Cuando acabamos Marco fue a la cocina a preparar algo para cenar, mientras yo me sentaba cansada en el sofá, también había sido un día muy largo para mi y teniendo en cuenta que anoche no dormí mucho estaba realmente agotada.

Apenas unos minutos después llego Marco con dos sándwiches y con un vaso de agua para mi.

- Ohh gracias - conteste con una sonrisa mirando el agua como si fuera lo mejor de este mundo y bebiendome el vaso de un trago.

- De nada - contesto riéndose de mi reacción exagerada y encendiendo la tele.

- Ahora vuelvo, voy a por más - conteste yendo hacia la cocina a por más agua.

Me bebí literalmente toda una botella entera, no se ni en que momento me había quedado tan sedienta, o igual solo era una consecuencia de los nervios por volver a quedarme a solas con Marco.

Cuando volví al salón Marco miraba entretenido el partido del barsa.

- ¿Que haces viendo esto? - pregunta sorprendida, no le gustaba ver los partidos de ninguno de sus rivales, ni siquiera cuando jugaban contra equipos fuertes, así que no entendía que hacía viendo este partido contra el colista.

- No hay nada más interesante en la tele y he pensado que igual te hace ilusión verles teniendo en cuenta que te fuiste hasta Barcelona para ver justo este partido - me contesto y la verdad es que no le faltaba razón en lo que dijo.

Le di la razón y me senté a su lado a ver el partido en silencio, que a veces era interrumpido con sus preguntas acerca de si me llevaba mejor con este o con aquel, o sobre lo que hice con ellos.

Marco sabía que no me gustaba mucho hablar mientras veía los partidos y por tanto entendía que mis preguntas fueran cortas y concisas, aunque lo que el no sabía es que había algo más que eso.

Si me sentía incómoda antes, cuando Valverde metió a Rafinha en el campo mi incomodidad fue a mayor y encima Marco me hacía comentarios en plan mira tu mejor amigo y cosas por el estilo, que cuando le decía a Sergi este enfadaba porque decía que mi único mejor amigo era él.

En una jugada maravillosa de mi amigo brasileño, se regateo de dos defensores y tiro al palo de lejos del portero y marco un auténtico golazo que celebró con rabia y llevándose la mano al corazón, en un principio creí que hizo eso mostrando su amor por el escudo, pero cuando Sergi le miro con pena supe que no era así, que iba por su enamorada, osea yo.

- Mira a tu amigo que escondido se lo tenía - dijo divertido Marco deduciendo que mi cara era porque no sabía a quien se lo dedicaba.

- Si - conteste - Sin falta después del partido me tiene que contar a que chica se lo ha dedicado - dije, ya que no creo que sea buen momento para decirle esa chica soy yo.

- ¿Una chica dices? - me pregunto sorprendido - Yo creía que tu amigo era marica - me dijo aparentemente sincero.

- Créeme que no - conteste sabiéndolo bien, aunque también entendía porque se creía eso de Rafinha, era un chico bastante atractivo al que nunca se le había visto con una chica o en una relación y eso sumado a que era un chico muy bromista y muy cariñoso con sus amigos pues hacia pensar lo contrario, de hecho yo misma hubiera pensado que tenía algo con Ter el otro día, si no le conociera bien.

- Pues te juro que lo parece - me dijo riéndose de su propia deducción, creo que igual no le haría tanta gracia saber que ese marica tuvo algo con su chica.

En el resto del partido como era de esperar los cules aplastaron a los últimos, que se iban del camp nou con clara decepción, mejor que no se enteren que la noche antes del partido los del barsa salieron por ahí con la confianza de que ganarían el encuentro.

- Buah estoy mazo de cansada - dije bostezando - me voy a dormir.

- Vale, buenas noches cariño - se despidió dándome un beso.

- Buenas noches - dije yendo a la cama donde dormía plácidamente el mayor de los hijos de Isco.