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Al día siguiente me desperté por el ruido de la puerta, creo que teníamos visitas, como me vi en el espejo que iba echa un desastre me metí a la ducha a darme un baño reparador y cuando acabe me puse algo deportivo.

- Hola - salude con una sonrisa al ver que los que estaban en el salón eran Isco, Igor y mis dos amigas.

- Hola - me saludaron los cuatro a la vez.

- ¿Vas a salir? - me pregunto Marco.

- Ehh... si - conteste, aunque en realidad no lo tenía pensado, pero eso era mejor que quedarme aquí y fingir que lo que no soy - Voy a pasar por el club de Voley, me vuelvo a apuntar - se me ocurrió decir para salir a dar una vuelta.

- Que bien - me dijeron todos.

- Tita Sofi ¿Puedo ir contigo? - me pregunto Isquito Jr, ambos miramos al padre para ver que nos contestaba y cuando el padre me dio permiso acepte.

- Yo tamben - dijo Leo viniendo a nosotros.

- Bueno pues vente también - le dije haciendo que sonriera y que fuera corriendo a celebrarlo con alegría con su primo - ¿Quieres venir? - le pregunte a Maria que estaba sentada sobre el regazo de su padre.

Como me esperaba no contesto con palabras, si no que abrazo a su padre en señal de que quería quedarse con el.

- Es la niña de papa - me dijo Marco con una sonrisa.

- Ya la veo - conteste - Bueno pues me voy con estos dos - dije señalando a los dos chicos que ya estaban junto a la puerta con un balón.

Me despedí de todos y fui con los pequeñines primero a mi antiguo club, al que hacia meses por el que no me pasaba y después fuimos al parque ya que los chicos querían jugar.

En mi equipo se alegraron de tenerme de vuelta, aunque me pidieron compromiso con ellas, no podía volver a dejarlas tiradas en mitad de la temporada, como hice la última vez que después de la baja por maternidad que volví pero solo estuve en tres partidos.

En el parque primero jugamos al fútbol, yo me puse de portera porque como siempre no quería moverme mucho.

- ¿Podemos jugar con vosotros? - nos preguntaron tres niños de más o menos la edad de Isco Jr.

- Claro - conteste - ¿Como os llamáis? - pregunte con una sonrisa.

- Yo Diego - se presentó el que nos hablo primero.

- Yo Miguel - contesto el más grande.

- A... Ale...jandro - dijo el pequeño.

- Vale pues ellos son Isco y Leo y yo Sofia - dije señalando quien era quien.

Una vez terminadas las presentaciones nos pusimos a jugar y mientras jugaban y hablaban note que Alejandro tenía tartamudez o algo parecido ya que le costaba mucho hablar y estaba constantemente trabándose.

Obviamente mi Leo apenas ponía hacer algo ya que los niños eran muy grandes en comparación suya, se limitaba a moverse y a gritar "aquí" para que se la pasarán, pero pocas veces le hacían caso, la mayoría de veces que la tocaba era porque la portera "sin querer" se la pasaba.

- Mami - vino cansado hacia mi.

- Dime - conteste.

- Ven - dijo refiriéndose a que me acercará a el, así que me agache y se acerco más a mi oído, quería contarme algo.

- ¿Maria como Alejandro? - me pregunto, vaya mi niño también se había dado cuenta, la verdad es que nos había salido muy espabilado, creo que yo a su edad a penas me daba cuenta de lo que pasaba a mi alrededor.

- No lo se cariño, puede ser que sea así cuando crezca - conteste.

- Yo enseño - me dijo haciéndome reír, quería enseñar hablar a su hermanita.

- Vale - conteste con una sonrisa y se fue corriendo como podía con los niños a jugar.

Como ya se las apañaban ellos para jugar solos, me senté en el césped a mirarles.

- Hola - me dijo una mujer con una niña de apenas dos meses a su lado.

- Hola - conteste con una sonrisa.

- Soy Marta, la madre de esos tres trastos - dijo presentándose.

- Ahhh vale - dije entendiendo porque se sentaba a mi lado - Yo soy la madre del pequeñín - dije refiriéndome a Leo.

Estuvimos hablando de nuestras vidas, me contó sobre sus cuatro hijos y como es que los había tenido tan joven, tendría aproximadamente 25 años y también me contó anécdotas de cada uno de ellos.

Yo también le conté que tenía dos hijos, Leo y a una niña de la misma edad, ya que eran mellizos y le conté que ella no quiso venir porque tenía papitis, también aproveche para contarle sobre Isquito y que relación tenía con el, obviando la parte de que su padre y mi novio son jugadores profesionales de primer nivel.

Mientras mirábamos a los niños jugar, a mi me hacía tanta gracia Leo que a veces me ponía a grabarle para que el padre le viese, el resto la verdad es que eran muy buenos.

Estando aquí estaba realmente bien y casi ni me acordaba del motivo que me llevo a huir de casa y agradecía mil veces al pequeño Alarcon por querer venirse conmigo.

Nuestra conversación fue interrumpida por mi móvil, era Marco quien me llamaba.

Enamorada del 20 (Marco Asensio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora