La Elegida de Drácula

15 | la apuesta

—Dominic—

Veo en el reloj de pared que ya son las once de la noche. Una increíble lluvia ha empezado y se nota que viene acompañada de fuertes vientos. Todos estamos en el salón principal, los chicos platican e incluso algunos juegan a las cartas, Evie está sentada en el sofá en compañía de Erika, al parecer ambas han congeniado bastante buen mientras disfrutan de una copa de helado.

Ya casi es hora de partir y parece que a ella se le está olvidando, cosa que me da una brillante idea y me hace sonreír al instante. Me giro en dirección a los chicos y les llamo con el menor ruido posible.

— oigan, estúpidos — me miran dejando de hacer lo que hacían — vengan ¿les gustaría hacer una apuesta?

Algunos me miran con desconfianza porque nunca pierdo una apuesta, pero de todas formas se reúnen a mi lado.

—Ivonne—

Miro la manada de hombres reunidos y hablando en baja voz. Saco la cuchara de mi boca para luego dejarla en la copa vacía — ¿qué estarán planeando?

Erika bufa — tú no les hagas caso y mejor sígueme contando cómo es el proceso de inscripción en la universidad.

La miro emocionada — ¿te vas a inscribir?

Asiente terminando su helado — estoy pensando estudiar enfermería o algo similar.

— ¡genial! A mí me falta poco para terminar, estudio veterinaria, quizá hasta puedas ayudarme luego con mis pacientes.

— dudo que pueda aplicarse a ese tipo de paciente, pero está bien — se ríe por lo dicho. Williams aparece para llevarse las copas vacías y nosotras le agradecemos.

— Evie... — miro a Dominic, ya todos los hombres se han dispersado, pero me están mirando.

— ¿qué sucede?

Mira el reloj de pared — se está haciendo tarde, debemos ir a llevarte antes de que se haga la hora de cacería.

Mi ánimo decae de inmediato, estaba tan a gusto que me había olvidado que no vivo aquí y tengo que irme. Miro el ventanal detrás de mí, el agua sigue cayendo con agresividad y está muy oscuro.  ¿voy a tener que quedarme durmiendo sola en mi casa con este clima?

Muerdo mi labio con nerviosismo y le miro mientras me pongo de pie. Él enmarca una ceja y sonríe — ¿qué sucede, Evie?

— ¿existe una posibilidad de que yo... pueda quedarme aquí esta noche? — hablo cohibida ante todas las miradas.

Dominic sonríe de manera extraña y mira a sus chicos por sobre su hombro mientras ellos gruñen, protestan y dicen cosas que me confunden.

— oh, no se vale — habla uno de ellos — era obvio que sabías que diría eso, tú la conoces y nosotros no.

— es cierto — gritan los demás apoyando a su compañero.

— ¿eso que escucho son protestas? — se mofa con diversión y burla — en ningún momento los obligué, ustedes apostaron y perdieron, ahora paguen.