47 | de mal a peor

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— ¿cómo saliste de tu sepulcro, maldita víbora?

La pelinegra sonríe con maldad — digamos que fue suerte, unos arqueólogos buscaban algo y dieron con mi tumba — entrecierra sus ojos — gracias a ustedes pasé quinientos años metida en esa estrecha y húmeda caja, con nada más que mi propia sangre para comer, pero no piensen que ha sido en vano... cada día planeaba una y mil maneras de hacerlos pagar y justo ahora lo estoy cumpliendo.

Jonas aprieta sus puños — ¿todo esto ha sido obra tuya?

La mujer lo mira — humildemente acepto el reconocimiento — se ríe viendo el cuerpo inerte del rubio sin piernas — tuve que involucrarme con ese idiota para conseguirlo, todo me salió a la perfección — mira de reojo a la pelirroja — ¿no te da pena verlo así? Con lo magnifico que ha sido violándote toda la noche.

Ivonne agacha la mirada mientras todos los demás se quedan sorprendidos. La Madame está furiosa — ¿ese hombre abusó sexualmente de ti, princess? — ella no puede responderle. Madame entiende su silencio — maldita perra, dejaste que lo hiciera a propósito ¿cierto?

La pelinegra se ríe — no estaba en mis planes, pero admito que fue placentero verla sufrir mientras él la golpeaba y penetraba. De verdad muy divertido.

— Dominic va a matarte... — sisea la mujer en el suelo.

La otra vuelve a sonreír — no lo creo, ahora que está así es completamente mío, mi arma perfecta.

— Dominic ni es un objeto a tu disposición — habla al fin Ivonne. Todavía no comprende del todo qué sucede, pero se hace la idea de quién es esta mujer — no es un arma, es mi esposo.

La pelinegra pone los ojos en blanco y la mira con exasperación — pero qué empalagosa eres, niña. Tú ya hiciste tu parte aquí y eso te lo agradezco, pero ya no me eres útil.

— ¿a qué te refieres? — cuestiona con el ceño fruncido.

— a que sin ti Dominic nunca habría accedido a transformarse, eres algo así como su punto débil. Te necesitaba también para que lo domaras, todavía llevo el sello del pacto, pero su fuerza es muy débil como para haberlo controlado yo, pero ahora que tiene su correa puesta no puede resistirse a mis órdenes.

— ¿ese fue tu plan desde el principio? — Madame está furiosa — ¿hiciste que Diego la maltratara para desatar la furia de mi hermano?

— ¿no es un plan brillante? — sonríe orgullosa — soy una genio.

— eres una perra, no sabes cuánto me alegraba recordándote enterrada viva en ese hueco húmedo y frío. Ojalá te hubieses podrido allí metida.

La mujer respira profundo para enfocar su mirada en Abadion — mi primera orden para ti es muy clara y precisa, vas a escuchar solo y únicamente mi voz y obedecerás sin dudarlo — le habla para luego volver a mirar a la Madame, con una sonrisa cínica en sus labios — quiero que mates de manera lenta y dolorosa a esa perra.

Los ojos de la platinada mujer se abren como platos al ver como la mirada del demonio cae sobre ella. Intenta ponerse de pie, pero la mordida de Abadion en sus piernas no ha cicatrizado por lo que cae de nuevo sobre el pasto, sintiendo en sus tímpanos cada pisada del demonio que se acerca sin prisa hasta ella. Sus ojos caen sobre el hombre a un par de metros.

Josh.

Le tiende la mano y le grita por ayuda, pero él no hace nada, ni siquiera se mueve a pesar de que ella está así por hacerlo salvado a él cuando lo iba a atacar. La desesperación la carcome por dentro hasta que Jonas se acerca en su ayuda e intenta correr aunque saben que correr es inútil ante la bestia que se lanza contra ella, pero antes de poder alcanzarla alguien se interpone, llamando la atención de todos los demás.

La Elegida de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora