16 | propuesta indecente

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Abro los ojos y rápido me incorporo al sentir la temperatura corporal de Evie, está sudando, respirando agitada y haciendo expresiones de dolor aunque no está consciente.


Me pongo de pie y me visto con un pantalón cualquiera a la vez que busco un termómetro dentro del kit del baño que, aunque suene raro, compré solo pensando en Evie, ninguno de mis hombres se enferma y mucho menos sufren heridas que no sanen por sí solas y rápido, bueno, excepto josh y su grupo.



Regreso a la habitación y coloco el termómetro en sus labios, busco un frasco de pastillas para la fiebre y tomo dos para triturar las y diluirlas en un poco de jugo que busco en la heladera de mi habitación, lo muevo y tomo el termómetro para darme cuenta de que efectivamente tiene fiebre, una muy alta.


Me siento al borde de la cama, muy cerca suyo y la despierto con calma. Sus ojos se abren, pero parece no estar despierta del todo.



— ¿qué sucede? — habla forzadamente.



— soy yo, Evie — la hago sentarse para luego colocar el vaso frente a sus labios — necesito que bebas, por favor — obedece sin entender del todo. Vuelve a acostarse y tiritea del frío.



— creo que tengo fiebre...


— descansa, preciosa, yo te cuido — me sonríe y toma mi mano casi sin fuerzas y con sus ojos cerrados.


— gracias por todo, anciano — no puedo evitar reír — eres especial...



Vuelve a quedarse dormida rápido. Beso su frente y me pongo de pie pata buscar un poco de agua fría al baño y un paño, regreso con todo, coloco el envase sobre la mesa y exprimo el paño para limpiar su sudor y dejarlo sobre su frente.


—Ivonne—



A

bro los ojos y lo primero que veo es la espalda de Dominic, parece hablar con alguien más. Corro la mirada para descubrir que se trata de Erika en compañía de Mike, este ultimo asiente a algo que dice el conde y se va de la habitación. Cierro mis ojos con cansancio y poco a poco escucho lo que dicen.


— ¿cómo sigue su fiebre?


— ya mucho mejor, solo hay que esperar que despierte.


— ¿están hablando de mí? — hablo llamando la atención de ambos.



Dominic me mira y sonríe mientras Erika se pone de pie a mi lado y se inclina quedando más cerca de mí — ¿cómo te sientes, Ivonne?


Respiro profundo — solo un poco agotada, creo que se me pasará con un baño.


Dominic me guiña un ojo — te prepararé la bañera.


— gracias.


Tan pronto entra al baño, Erika se sienta en su lugar y me mira luego de cerciorarse de que no nos ve — estuvo toda la noche pendiente de ti — susurra en secreto — no ha descansado ni un poco — me sonríe — tienes mucha suerte, ese hombre te quiere bastante.


— no seas tonta, Erika.


— ¿por qué lo dices? — no me da tiempo a responderle porque aparece Dominic.


Le miro mientras se seca las manos con una pequeña toalla y sonríe — ya está todo listo, señorita.



— te veo al rato — Erika me da un beso en la mejilla y sale de la habitación.



La Elegida de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora